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"La política europea de extranjería exige la unión de los "sin papeles"

Amaya Iríbar

Forma parte del único movimiento de inmigrantes capaz de sacar a las calles a miles de manifestantes; de organizar y mantener viva su protesta durante años o de okupar tres meses una iglesia parisina para poner sobre la mesa francesa un problema que considera mundial: la inmigración. Madjiguène Cissé, de 47 años, nacida en Senegal cuando aún era colonia francesa, lleva casi 25 años en la metrópoli, pero sólo tres representando a los que, como ella, están sujetos a la expulsión en la coordinadora nacional que les agrupa. Desde que en 1996 decidió asilarse en la iglesia parisina de Saint Ambroise con otros 300 africanos al grito de "papeles para todos".Ese grito es consecuencia de unas leyes cada vez más restrictivas y homogéneas, según Cissé. "La solución al problema de la inmigración ya no puede ser nacional", afirma, convencida de que los Gobiernos europeos lo han entendido así y cierran de forma coordinada sus fronteras. Ahora es el momento de que los indocumentados hagan lo mismo, asegura con un argumento contundente: "¿Por qué pueden circular los capitales y no las personas?".

Pero las cosas se están moviendo en Bélgica -donde una inmigrante murió en 1998 asfixiada por un policía-, Alemania, Italia y Reino Unido, asegura. Y en España, donde varias organizaciones, entre ellas la Asociación Pro Derechos Humanos, han puesto en marcha una campaña con el mismo lema que los propios sin papeles idearon en una iglesia en 1996.

Es allí donde comenzó el movimiento, cuando aún gobernaba la derecha, y donde ha logrado algún que otro éxito. Como la regularización de 100.000 inmigrantes por parte del Gobierno de la izquierda plural. "La izquierda es más astuta", explica Cissé, que reconoce que la situación del colectivo ha mejorado desde que ésta llegara al poder en 1997. "Estuvo con nosotros al principio y ahora intenta desactivar la bomba con medidas como esa". Pero el movimiento continua, con nuevas okupaciones, más organizado y con inmigrantes de 48 nacionalidades de los cinco continentes. No sólo. Según los sondeos que maneja Cissé, su movimiento genera más simpatías -el 50% de los franceses- que las tesis racistas del Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, que propone expulsar a tres millones de inmigrantes. Estos mismos forman parte del ejército con el que cuentan Cissé y su movimiento para exigir "los mismos derechos que tienen los franceses".

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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