Un británico novedoso
John Toshack implantó en la Liga inglesa la figura del libre y los carrileros
La paternidad de los carrileros ha sido objeto de debate desde mediados de los años ochenta. Como suele suceder con los equipos que triunfan en los Mundiales, la Argentina de Bilardo hizo moda tras ganar en México 86. Con tres centrales y dos laterales largos (o carrileros), Argentina se salió del modelo clásico de cuatro defensas. En opinión de Cruyff, fue un pésimo momento para el fútbol. "Al hombre que creó los carrileros habría que colgarle", ha declarado en más de una ocasión. Pese a las proclamas de Bilardo, es probable que Toshack se le adelantara en la idea, que tuvo un carácter contracultural en el fútbol británico, acostumbrado a un férreo 4-4-2. Al parecer, todo surgió durante su estancia en el modestísimo Swansea, equipo galés que participaba en la Cuarta División inglésa durante los primeros años ochenta. Toshack, delantero centro durante su etapa en el Liverpool, ejercía de hombre para todo en el Swansea. Era jugador, entrenador y director técnico.Con el paso de los años, Toshack había perdido rapidez y agilidad. Su declive físico le impedía continuar como delantero centro. En el Swansea comenzó a retrasar su posición, hasta colocarse de hombre escoba. El traslado de Toshack a la nueva posición tuvo un carácter absolutamente novedoso en Inglaterra y se saldó con un éxito espectacular. El Swansea pasó en tres años de la Cuarta División a la Primera. La principal novedad radicaba en la introducción del hombre libre, rodeado por dos centrales. Los laterales se adelantaban para disponer de más funciones en el juego de ataque, y retornaban a su posición natural cuando se trataba de defender. El dibujo quedaba configurado como un 5-3-2, o bien 3-5-2, según la versión que prefieran los que defienden esta táctica. En cualquier caso se trataba de añadir un defensa a la alineación.
Toshack va más lejos y considera que su dibujo responde más a la idea de tres líneas de tres hombres y un delantero. Sería un 3-3-3-1, fórmula que Toshack traspasó a un colega en una ocasión memorable. Sucedió en el partido Irlanda-España, decisivo en la clasificación para el Mundial 94. Parece que aconsejado por Toshack, el seleccionador Javier Clemente tiró del 3-3-3-1, con Salinas como delantero centro y Caminero por detrás de él. España ganó, y durante un largo periodo la selección jugó con dicho sistema.
Tanto en la Real Sociedad como en el Madrid, la primera querencia de Toshack no era otra que colocar a un especialista defensivo por delante de los zagueros. Gente con capacidad de destrucción y sin criterio con la pelota. En la Real ese jugador fue Santi Bakero. En el Madrid trató de ubicar como libre a Schuster, y como medio centro a Chendo, con unos resultados nefastos. Ninguno de los dos se encontraba cómodo en sus posiciones. El caso provocó unas críticas clamorosas, acompañadas de unos resultados decepcionantes. En el arranque de la temporada, el Madrid sufrió tres derrotas sucesivas: frente al Barcelona, el Milan y la Real Sociedad. Desde varios sectores se llegó a pedir la cabeza de Toshack, que encontró la solución a sus problemas con un simple retoque. Colocó a cada jugador en su sitio. Chendo volvió al lateral y el gran Schuster se trasladó al medio campo. El resto es historia: campeón de Liga y 107 goles marcados, récord en la Liga.
Siempre fiado de su sistema, Toshack introdujo algunas variaciones durante su etapa en el Deportivo. Como había ocurrido en el Mundial del 86, el ganador del Mundial del 94 introdujo una nueva moda. Brasil jugó con un doble pivote y todo el mundo lo copió. El Deportivo de Toshack jugó con cuatro defensas y dos medios de contención (Mauro y Flavio). Pero Toshack nunca pareció demasiado convencido con una idea que no le pertenecía. Lo suyo fue aquello que creó por necesidad en el Swansea.
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