Carta de Patricia, bebé
Queridos amigas/os del departamento de Neonatología del hospital Severo Ochoa de Leganés: ¡Hola! Soy yo, Patricia Menéndez Montero, la bebita del síndrome de Robert's. Estoy segura de que os acordáis de mí, yo también me acuerdo mucho de vosotros. Estoy muy bien; aquí me cuidan casi tan bien como vosotras... Bueno, ya se acostumbrarán a mí.¿Cómo estáis vosotras? Ya sé que estáis bien (os estoy viendo desde aquí...), que seguís día a día cuidando y luchando por esos bebitos chiquitines y frágiles como yo y que vosotras, con vuestro afán y cariño, conseguís que cada mañana pesen un poquito más, respiren un poquito mejor, tengan el culito más sano... Es por eso y por cómo me habéis cuidado, por lo que quiero felicitaros y daros las gracias, a todas/os y cada uno de vosotros, auxiliares, enfermeras y médicos (también se dice ¿médicas?).
Gracias a ti Marisol, tú fuiste la última en darme tus cuidados y cariño; gracias a ti Geno por preocuparte tanto por mí como por mis papás; gracias a tía Toñi por hacerme comer el bibe entero; gracias Marifé, tú descubriste la mejor forma de darme de comer los bibes; gracias Carmen por preocuparte de mi culito y por la sensibilidad que me demostraste; gracias Teresa, los peinados que me hacías eran los que más me favorecían (¡a ver si aprenden aquí!); gracias Emi por tu constante preocupación por mamá; gracias Mercedes, Neli, Paloma, Manoli, Gloria, Marijose, Sagrario 1 y Sagrario 2, Elena, Ana 1 y Ana 2, Julia Marta, Teresa 2, Tina, Marga, Lola, Javier, Rafael y las demás de las que no recuerdo su nombre, pero sí su cariño.
Gracias, también, a los pediatras, que más de una vez me "han tocado los pies" no dejándome dormir, pero velando por mi vida y en especial al doctor Arregui, no sólo por su profesionalidad, que muy bien ha sabido transmitir al departamento, sino por su saber estar, su humanidad y cariño demostrado hacia mí y mis papás en los momentos más duros.
Yo sé que mis papás comparten conmigo estos sentimientos y que, al igual que yo, os tendrán en su corazón, habéis demostrado, primero, ser unas personas maravillosas y, en segundo lugar, pero no por ello con menos mérito, unos profesionales excelentes. No quiero olvidarme en ningún momento del padre Jesús, él me ha bautizado y él ha dado sosiego espiritual a mis papás, visitándonos y rezando por nosotros en todo momento. Bueno, este Señor de las barbas blancas me dice que me vaya despidiendo; cuidad de Dado, Sandra, Patricia y Laura, de todos los niños que pasen por el departamento y en especial de Lucía, mi compañera de cuna... A todos: gracias.
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