Comedia de mujeres

Rosa de dos aromas De Emilio Carballido, en versión de Nel Diago. Intérpretes, Carmen Belloch, Consol Soler. Iluminación, Michel Blasco. Vestuario, Carlos Marco. Escenografía, Manuel Zuriaga, Josep Simon. Dirección, Juli Leal. Teatro Talía. Valencia.Emilio Carballido es un dramaturgo mexicano, para mí desconocido hasta ahora, que lleva casi sus 74 años de vida en el teatro, además de colaborar como guionista en películas como Nazarín, de Luis Buñuel, según apunta Nel Diago, que firma la versión de este texto. Una versión que, supongo, se ha limitado a sustituir unos localismos por otros a fin de facilitar al espectador el juego de referencias de la obra, y que se permite un juego absolutamente local en la inclusión de algunos nombres propios totalmente desconocidos para el autor, en un guiño muy propio de los usos culturales de esta ciudad. El texto, con su propensión incompleta al monólogo, es de culebrón, pero de culebrón comprometido, sin renunciar en algunos pasajes al tremendismo ni desdeñar algún que otro toque de feminismo cotidiano, de ese que no se teoriza sino que se trasluce en el costumbrismo. Este encuentro paracarcelario de dos mujeres que se descubren sobre la marcha amantes y acaso salvadoras del mismo hombre tiene un desenlace de sorpresa, aunque menos potente de lo esperado, lo que tampoco importa mucho porque se trata de contar una especie de crónica acerca de Gabriela y Marlene más que de construir una intriga. Importa más, sobre la precisa escenografía de Zuriaga y Simón, el trabajo escénico de Consol Soler, actriz fetiche de Juli Leal, y de Carme Belloch y su potencia para el drama. No diré yo que estén desaprovechadas, pero se neglige su versatilidad. A esa impresión contribuye el gusto del director por el sainete y su capacidad para pasar sin apenas rozarlas por situaciones de texto que requieren una mayor profundidad de lectura si se quiere dar a las actrices la oportunidad de lucirse, pese al humor de superficie que predomina en el montaje.