Salvar a Rusia

Tras la gran crisis financiera del pasado verano, (...) Rusia ha permanecido durante varios meses alejada de las primeras páginas de los periódicos occidentales para volver hace unas semanas cuando varios expertos han indicado la posibilidad de una crisis incluso más grave de la apenas superada. (...) Desde el punto de vista financiero, se da el caso que Rusia no tiene ninguna capacidad de devolver ni la deuda ni los intereses producidos por ella, al mismo tiempo que se prevé una aumento masivo de la inflación. Desde el punto de vista social, está el constante desmembramiento del aparato burocrático, con millones de funcionarios pagados con sueldos de hambre, o incluso no pagados con la consiguiente difusión de los fenómenos de corrupción y criminalidad organizada. Por lo que respecta a la agricultura, está el desastre de la última cosecha que podría conducir a una verdadera carestía. Y para terminar (...) está lo que se puede definir como colapso de la fuerza vital de la población rusa, cuyas expectativas de vida no supera el umbral los 58 años. (...) La situación (...) es tan negativa que una buena parte de la clase dirigente occidental ha empezado a manifestar su malestar respecto a Rusia. (...) ¿Pero qué sentido tiene (...) aislar a un país que, además de poseer millares de cabezas nucleares, tiene una población que es la sexta de nuestro planeta y (...) un territorio de incalculables riquezas? (...) La elección de abandonar a Rusia a su propio destino por parte del mundo occidental sería demasiado grave.

21 de febrero