Euskadi tuvo un saldo migratorio negativo de 47.000 personas en 8 años Los emigrantes eligieron como destino Castilla-León y Navarra

El País Vasco mantiene desde la década de los ochenta una tasa de migración negativa. Entre 1988 y 1996 más de 140.000 personas abandonaron esta comunidad por motivos laborales o familiares y más de la mitad buscó refugio en municipios de Castilla- León, Navarra, Madrid y Cantabria, según datos facilitados por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Esta cifra supera con creces -en 47.000 personas- a la de los inmigrantes -93.000- que se trasladaron a Euskadi.

La elevada tasa de desempleo que azota a la comunidad autónoma vasca y, en muchas ocasiones, los motivos puramente personales, de retorno a la provincia natal, motivaron la marcha 140.000 ciudadanos vascos entre 1988 y 1996. Parece además que la tendencia se mantiene. Las últimas cifras correspondientes a 1996, facilitadas por el Eustat a la agencia Vasco Press arrojan un saldo negativo de 3.057 personas. La emigración se concentra, sobre todo, en Vizcaya. De hecho, los municipios de Bilbao y Barakaldo soportan la marcha de tres de cada cuatro emigrantes del País Vasco. Guipúzcoa tampoco se queda lejos. El único territorio que se salva de este fenómeno es Álava, que atrajo a 1.800 nuevos residentes en 1996 y ostenta la condición de la única provincia vasca que conserva una tasa migratoria positiva desde 1965. Las causas que contribuyen a este fenómeno están claras si se atiende a las características de las personas que deciden abandonar el País Vasco. Casi la mitad de los emigrantes, el 47%, tienen una edad comprendida entre los 20 y los 34 años, muchos se trasladan en busca de trabajo. Les toman el relevo los de la siguiente generación, aquellos que llegan hasta la cincuentena (21%). Así, el estudio revela que la media de edad de quienes establecen su residencia en otras comunidades se sitúa en los 35,6 años. La emigración atañe sobre todo a las personas con formación media y, por lo tanto, algo inferior a la de las personas que deciden ubicar su residencia en Euskadi. Tan sólo el 15% de los emigrantes tienen estudios superiores. Más de la mitad, el 56%, ostenta los niveles más bajos de estudios, según el estudio del Eustat. Pero no todas las personas que emigran del País Vasco son originarias de esta comunidad: dos de cada tres han nacido en Euskadi pero un 11% en alguna provincia de Castilla y León. Por eso, el 16% de las emigraciones de la comunidad autónoma vasca, no supone un abandono, sino un regreso de las personas a su provincia de nacimiento. Las características son muy similares en el caso de los inmigrantes. Cuatro de cada diez nacidos en el País Vasco, regresan a su comunidad natal. El resto, procede en un 18% de provincias limítrofes como Burgos, Cantabria, Navarra o La Rioja; otro 9% es natural de Andalucía y Extremadura y el 8% restante nació en algún país del extranjero. Sobresalen los guipuzcoanos, por encima de los vizcaínos o alaveses, que se aferran en mayor número a su regreso a casa. El informe del Eustat muestra un crecimiento paulatino del volumen de inmigraciones de ciudadanos extranjeros. Así lo atestiguan las cifras. Euskadi ha pasado de acoger a 500 personas procedentes de otros países en 1988, a superar las 800 entradas en 1996.