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Un poste mortal para las águilas y los búhos

Tienen la fuerza de los humildes. El Grupo de Estudiantes Naturalistas de la Fauna y la Flora Ibérica (Genfi) de Priego de Córdoba ha denunciado la existencia de un poste de alta tensión en una atalaya de la sierra de Los Leones, en las inmediaciones del parque natural de la Subbética, al sur de la provincia. La instalación eléctrica ha provocado, en al menos 20 ocasiones, la muerte de algunas de las rapaces de la zona. No exigen nada. Tan sólo quieren que se les escuche. "Lo que pedimos apenas vale dinero y serviría para salvar muchas aves", argumenta el presidente de la asociación, Sergio López. El tendido de la discordia suministra electricidad a la aldea de El Tarajal, dependiente del Ayuntamiento de Priego, y eso es algo que los miembros de Genfi no ignoran. Reconocen la necesidad de la luz, y saben que no pueden pedir imposibles. Por ello, no reclaman la retirada de la línea, tan sólo el revestimiento de los cables a ambos lados de la torreta. "Con cuatro o cinco metros que aislaran ya no pasaría nada". La muerte de las rapaces se produce cuando tratan de posarse en la cruceta del poste, o bien al salir de la misma tras haber conseguido con éxito entrar sin rozar los cables. Los componentes de Genfi admiten que no pueden llevar un control exhaustivo de las aves muertas en el tendido, ya que sería imposible, al menos para ellos, estar allí todo el día observando. No obstante, en los últimos años, han encontrado restos de haberse electrocutado cuatro águilas perdiceras, nueve búhos reales, cuatro cernícalos y hasta un gavilán. No en balde, una vez llegados al pie del poste, se hallan plumas y hasta algún que otro hueso proveniente de las rapaces. Desde allí, la vista es imponente y se entiende que los pájaros elijan este punto para descansar. Está en lo alto de un valle. Abajo, el río y los olivares; detrás, el monte mediterráneo de la Subbética. En definitiva, el lugar natural en el que posarse, al tiempo que un buen observatorio desde el que buscar la ansiada presa. El grupo ha escrito a Sevillana, pidiendo el aislamiento del tendido. La empresa eléctrica respondió con rapidez a la misiva de los ecologistas, con un mensaje: "Esperen. Se estudiará". Y eso es algo que los miembros de Genfi quieren evitar. "No se puede esperar, la primavera se acerca y es cuando empiezan a volar los polluelos", explica el presidente. A continuación, aclara que son las crías las que mayor probabilidad tienen de morir electrocutadas, ya que, al estar en sus primeros vuelos, se cansan antes y necesitan hacer más paradas, por lo que la probabilidad de que traten de posarse en el poste aumenta mucho. En el camino de retorno del poste a la carretera, los miembros de Genfi señalan un nido de águilas perdiceras. Piden por favor que no se especifique su situación, ya que los furtivos podrían venir a robar los agiluchos. Ciertamente, tienen motivos para preocuparse. En 1990, se censaron en la zona 30 parejas de halcones peregrinos, el registro de la pasada temporada tan sólo localizó una collera (pareja). "Los venden para la cetrería, pueden pagarse hasta 200.000 pesetas por un halcón", asegura López. El origen de Genfi se remonta a los años escolares en los que un grupo de estudiantes se propuso crear un grupo que estudiara la naturaleza. "De ahí el nombre, porque lo que es ahora no todos estudiamos", explica su presidente. Desde entonces, han realizado algunas labores de limpieza en el río, así como la publicación de carteles para concienciar a los vecinos, salidas al campo y, ahora, su iniciativa más ambiciosa, salvar a las rapaces de la zona.

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