El Gobierno de Galicia incentiva la reducción de jornada laboral

El Gobierno gallego se ha convertido en el segundo Ejecutivo autónomo del Partido Popular, tras el de Aragón, que incentivará los acuerdos entre empresarios y sindicatos a fin de facilitar la reducción de la jornada laboral. Mientras esa medida se ponía en marcha, otro miembro del PP, el portavoz de Trabajo en el Parlamento de Andalucía, Miguel Calvo, afirmaba que la rebaja de jornada decidida por la Junta es "el timo de la estampita", porque no creará empleo ni reducirá el tiempo de trabajo.

La medida de la Xunta de Galicia fue saludada por CC OO y UGT como el primer paso para alcanzar la semana laboral de 35 horas, y acogida con escepticismo por la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) y la central nacionalista Confederación Intersindical Galega (CIG).El decreto de incentivos aprobado por el consejo de Gobierno de la Xunta recoge uno de los compromisos del acuerdo general sobre creación de empleo suscrito en julio de 1998 por la Administración y los sindicatos UGT y CC OO. Ya entonces la CIG se desvinculó de un pacto que consideraba ineficaz. Antes de la aprobación definitiva por el Gabinete de Manuel Fraga, el proyecto contó la pasada semana con el informe favorable del Consejo Económico y Social de Galicia, a pesar de las reticencias expresadas por la patronal.

Las ayudas de la Xunta permitirán reducir los costes de las cuotas empresariales a la Seguridad Social en aquellos contratos nuevos que se firmen como fruto de acuerdos entre empresas y trabajadores para reducir la jornada laboral y las horas extraordinarias o reorganizar de modo genérico el tiempo de trabajo. Las nuevas contrataciones deberán beneficiar a trabajadores inscritos como demandantes de empleo y suponer un aumento de la plantilla fija de las empresas. La cuantía de las ayudas no se establecerá hasta que la Xunta desarrolle el decreto.

Como el éxito de los incentivos depende de la capacidad de las partes sociales para alcanzar acuerdos empresa por empresa, la oposición de la patronal y de la CIG va a suponer un serio obstáculo a la aplicación de estas medidas. Los empresarios insisten en que la reducción de jornada no incrementa la productividad, mientras que la central nacionalista propugna la implantación por decreto de las 35 horas semanales frente a la "vaguedad" de las medidas adoptadas por la Xunta.

Al mismo tiempo, la Xunta ha promulgado otro decreto para promover la estabilidad del empleo, subvencionando inversiones en activos productivos a las empresas que tengan al menos al 35% de su plantilla con contratos indefinidos.

Las medidas sobre reducción de jornada aprobadas en Galicia y Aragón contrastan con la posición del Gobierno central, contrario a las propuestas de reducción de jornada. Para prevenir interpretaciones sobre esa aparente discrepancia, la Xunta explicó en un comunicado que los hipotéticos acuerdos entre patronal y trabajadores que se acojan a este decreto han de contribuir a "mejorar la productividad y la competitividad de las empresas", ya que, en cualquier caso, "la reducción de la jornada en cómputo anual no constituye el principal objetivo de estos incentivos".

Dentro del PP, ayer se oyó otra voz contraria a la reducción de jornada. El portavoz de Trabajo del Grupo Popular en el Parlamento de Andalucía, Miguel Calvo, arremetió contra la decisión de la Junta presidida por el socialista Manuel Chaves de aplicar las 35 horas a los funcionarios de la comunidad aútonoma. En su opinión, "no va a crear más empleo del que estaba previsto y no va a reducir la jornada media efectiva del personal, que ya estaba en torno a las 35 horas".

Calvo, en un comunicado remitido a Europa Press, acusó a la consejera de Gobernación, Carmen Hermosín, "de pretender introducir esta medida sin abordar con rigor los estudios necesarios".

Los sindicatos UGT y CCOO, en cambio, instaron de nuevo al Gobierno central y a la patronal CEOE a negociar la reducción del tiempo de trabajo y a que abandonen "sus prejuicios ideológicos". UGT lo hizo a través de un comunicado, y CCOO, en una carta dirigida a la patronal.