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Entrevista:JOAN BELLÈSTRADUCTOR

"Una traducción debe tener en cuenta siempre la tradición"

Joan Bellès acaba de publicar la traducción al catalán de la Eneida, el poema en hexámetros de Virgilio (editorial Empúries). La versión, que elude el corsé del verso y es presentada en una prosa ágil y legible, quiere acercar el clásico latino a estudiantes y lectores más comunes. Pregunta. ¿El hecho de traducir la Eneida en prosa, sin tener en cuenta la métrica, facilita el trabajo o el ritmo del verso latino resulta un lastre? Respuesta. Es evidente que el hecho de traducir en verso fuerza el lenguaje, pero también lo es que de alguna forma contribuye a marcar el ritmo de la frase. En mi caso, como era consciente de que traducía en prosa, en ningún momento he buscado reproducir el ritmo del hexámetro; nunca he cambiado el orden de una frase para mantener el ritmo. Uno busca la fluidez del texto y a veces, espontáneamente, el ritmo se impone. De hecho, la sonoridad, la eufonía, está hecha de la combinación de ritmos, incluso en prosa. P. ¿Por qué escogió la prosa? R. Existen dos razones principales. Por una parte, porque las grandes colecciones de textos clásicos, como la de Oxford en Inglaterra, la Guillaume Budé en Francia o la Bernat Metge en Cataluña, siempre ofrecen traducciones prosificadas de los textos originalmente en verso; y por otra, porque yo soy profesor de instituto y empecé a traducir el texto para mis alumnos, para que ellos pudieran entenderlo. P. ¿Cuánto tiempo ha invertido en traducirlo? R. Algo más de seis años, pero con una dedicación parcial, como algo añadido a mi trabajo de profesor. P. En la presentación del libro, dice que esta traducción está dirigida a los estudiantes. ¿Ha repercutido esto en el registro de catalán escogido? R. No directamente. He optado por un catalán que fuese comprensible, que se adaptase al registro literario del original, pero que nunca resultase literariamente gratuito o rebuscado. Por ejemplo: he utilizado siempre el verbo enterrar o sepultar, y nunca sebollir, que es un verbo que me encanta pero que no me parecía adecuado. P. ¿Qué problemas plantea la traducción de la Eneida? R. La gran mayoría de las gramáticas latinas se han hecho de acuerdo con la lengua de la época clásica y precisamente por eso se ajustan al latín de Virgilio, Cicerón o César; por tanto, no aparecen grandes problemas morfológicos o sintácticos. Sin embargo, sí aparecen de vez en cuando frases endemoniadas, difíciles de reconstruir, y sobre todo problemas de tipo léxico: el carácter poético de la obra hace que una palabra pueda tener infinidad de significados distintos, y lo problemático es escoger el matiz correcto. P. ¿Ha tenido en cuenta las traducciones ya existentes de la Eneida en catalán? R. No he partido de ellas, por así decirlo. Cuando traduces, es aconsejable no tener ninguna referencia anterior, empezar de cero. Ahora bien, una vez el trabajo ya está hecho, siempre vale la pena ver cómo han solucionado determinados problemas los otros traductores, y no sólo los catalanes, sino también los ingleses, los españoles o los franceses. Una traducción siempre suma, se adhiere a una tradición a la que debe tener en cuenta, y nunca resta. P. ¿Faltan aún muchos clásicos imprescindibles por traducir al catalán? R. Sí, algunos. Faltan algunas cosas de Cicerón. El Ab urbe condita de Tito Livio y la Historia natural de Plinio, también algunos poetas...

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