Un sistema detecta el origen de los vertidos de residuos en la red pública
A partir de ahora resultará más fácil detectar un vertido incontrolado de aguas residuales e incluso a la empresa responsable del mismo. La Entidad Metropolitana de Medio Ambiente (EMMA) ha implantado un sistema automatizado que permite realizar una serie de controles permanentes y sistemáticos de las aguas residuales vertidas en la red pública de saneamiento del área metropolitana de Barcelona y detectar al momento un episodio de contaminación y su procedencia. El sistema está compuesto por dos estaciones fijas de control y cuatro móviles que se desplazarán por el territorio metropolitano. Estas estaciones permitirán medir parámetros como la acidez del agua, el oxígeno disuelto, la temperatura o el caudal del vertido, así como la presencia de determinados agentes contaminantes. Los técnicos podrán determinar en todo momento la procedencia del vertido gracias a que la EMMA ha reunido un censo de 2.000 industrias activas potencialmente contaminantes, todas ellas localizadas en el área metropolitana. El censo también recoge datos suficientes para conocer las características más relevantes de las diversas actividades que realizan y su potencial contaminante. Base de datos Las estaciones medidoras envían a un centro de control la información del agua analizada; mediante un programa informático esta información se asocia con la base de datos que contiene el censo de empresas, de manera que se pueda saber con total certeza y con rapidez el origen del foco contaminante. La EMMA ha decidido implantar en una primera fase el sistema en la red pública de saneamiento que va a parar a la planta depuradora de Gavà-Viladecans, que comprende los municipios de Castelldefels, Gavà, Viladecans, Sant Climent y parte de Sant Boi. En el futuro, la voluntad es extenderlo por toda la red del área metropolitana de Barcelona. El nuevo sistema permitirá ejercer un control estricto sobre las posibles infracciones. Sólo en 1998, se produjeron 400 denuncias, que originaron sanciones por valor de 400 millones de pesetas. El sistema también evitará la vieja práctica de algunas empresas de aprovechar las épocas de lluvia y los fuertes aguaceros para verter en el caudal público todo tipo de aguas, de manera que garantizará el correcto funcionamiento de las depuradoras y la red de colectores. Así, si se conoce qué tipo de contaminación hay en la red, se puede preparar el sistema biológico y químico de tratamiento de aguas de la depuradora. Las dos estaciones fijas se situarán en los colectores de Castelldefels y de Sant Boi. Por su parte, las cuatro estaciones móviles irán trasladándose a lo largo de los tramos finales del colector de Viladecans y de entrada a la depuradora.
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