IU denuncia que la "desidia del alcalde" lleva a la ruina al único velódromo de la capital
El gobierno municipal, del PP, abandonó a su suerte el velódromo de Carabanchel en 1991. Ni una sola bicicleta ha circulado por su pista de madera africana desde entonces. Las gradas, desconchadas, amenazan con caerse a pedazos. La obra le costó al Ayuntamiento 800 millones. Pero no se acabó nunca. Ahora tiene un aspecto fantasmagórico. IU achaca a "la desidia del alcalde y su gobierno" el estado de la instalación. El PP replica que recuperará una parte del complejo en mayo, un mes antes de las elecciones. Para ello aprobó la semana pasada, en el último pleno del distrito de Carabanchel, una partida de 40 millones para la rehabilitación parcial de la instalación.
En el velódromo de Madrid hay una pista de ciclismo fabricada de una madera especial, traída en 1990 de Zaire (hoy República Democrática de Congo). Se eligió ese material porque es muy resistente a la meteorología adversa. Pero no tanto como para soportar ocho años a la intemperie sin cuidado alguno ni una buena capa de barníz. Las tablas de la pista están levantadas y se han despegado unas de otras. El pasadizo subterráneo que da acceso a la pista de ciclismo ha sido tapiado para impedir que la gente se cuele en la instalación. Pero el túnel se ha llenado de agua de lluvia y ahora se asemeja al foso de un castillo.La pista de ciclismo tiene forma de elipse. En su interior hay una pista de patinaje y tres pistas multiuso: para baloncesto, fútbol sala y balonmano. Pero ninguna de ellas tiene una sola canasta, ni una portería. Eso sí, las líneas del suelo se mantienen perfectamente pintadas porque nunca se han pisado.
Las gradas tienen una capacidad para 5.000 personas, pero el cemento está desconchado y basta con rascar un poco para desgastarlo aún más. La visera que cubre las gradas es de hormigón y está protegida por Patrimonio Nacional por su especial diseño: es una grada volada, cuyos pilares de sujeción dejan al aire la mayor parte de la cubierta. La diseñó el arquitecto Eduardo Torroja, autor también de la cubierta del hipódromo de Madrid, que cuenta con la misma protección. El interior de las instalaciones también está degradado. Los cristales están rotos a pedradas por aquellos que se cuelan en el recinto burlando la vigilancia de la policía local.
La candidata de IU a la alcaldía de Madrid, Inés Sabanés, visitó ayer las instalaciones para denunciar "el lamentable deterioro de un complejo deportivo vital para un distrito como Carabanchel, que tiene 240.000 habitantes", señaló. "El que este velódromo esté en tal estado de abandono es un ejemplo inequívoco de la ineficacia municipal, así como del desequilibrio y desprecio con el que el PP gestiona la política deportiva", añadió Sabanés.
Idea alternativa
La candidata presentó su idea de lo que debiera ser el velódromo, en la que se mezcla lo cultural con lo deportivo: "IU ofrece un proyecto de unos 500 millones para reconducir el uso de las instalaciones y convertirlas en un macrocentro cívico y deportivo. Tendría un área equipada con una biblioteca, una casa de la mujer, una escuela infantil, una casa de la juventud, un centro para mayores y un auditorio. En el aspecto deportivo, habría pistas de squash, de baloncesto, fútbol sala, gimnasio, sauna, zonas verdes y la pista para ciclistas", explicó.
El plan de IU es "excesivo e irrealizable", según el edil presidente de la Junta de Carabanchel, Alberto López Viejo (PP). "IU ha presentado una idea poco trabajada y más de cara a la galería que a las posibilidades reales de la instalación", añadió López Viejo.
El último pleno de Carabanchel aprobó un proyecto para dar una solución parcial que no permitirá que se use la pista del velódromo. "Se trata de una inversión de unos 40 millones de pesetas con la que en mayo habrá dos gimnasios en funcionamiento con capacidad para unos 500 vecinos y se pondrán en marcha cursillos de actividades físicas para mayores y niños", aseguró. "Las pistas de baloncesto y fútbol sala no se podrán utilizar aún porque esa parte del recinto está de obras", añadió López Viejo.
El concejal de IU Julián Rebollo aseguró ayer que "el proyecto del Partido Popular es una operación de imagen de cara a las elecciones para tratar de salvar la cara delante de los vecinos".
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