El Grupo de Contacto presiona a Belgrado para que acepte el despliegue de tropas
A la vista del bloqueo que la delegación serbia en la conferencia de paz en Rambouillet ejerce sobre la propuesta planteada por el Grupo de Contacto, el mediador estadounidense Christopher Hill abandonó ayer el castillo francés y viajó repentinamente a Belgrado en el intento de convencer al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic de que debe aceptar el despliegue en Kosovo de las fuerzas internacionales.El tiempo apremia ya a las delegaciones serbia y albanokosovar cuando faltan únicamente cuatro días para que expire el plazo dado a la negociación. El mensaje de los mediadores internacionales -"tenéis que acelerar si verdaderamente queréis firmar un acuerdo"- se tradujo ayer en Rambouillet en sesiones de trabajo intensas pero escasamente fructíferas.
La fecha límite del sábado al mediodía establecida por las potencias del Grupo de Contacto (Alemania, EEUU, Francia, Reino Unido, Italia y Rusia) empieza a pesar con carácter de ultimátum. Por si quedaba alguna duda, la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, lo reiteró ayer desde Washington. "Los serbios", dijo, "deben saber que, si frustran las negociaciones, la OTAN iniciará los bombardeos". Al parecer de Albright, el despliegue de las fuerzas multinacionales en Kosovo "es la única manera" de poder aplicar el acuerdo que otorga a Kosovo una amplia autonomía. El Grupo de Contacto se muestra últimamente mucho más seguro de la predisposición albanokosovar a firmar el acuerdo. Su renuncia a insistir en la autodeterminación que reclamaron a lo largo de la pasada semana ha dejado a los serbios expuestos en solitario a la crítica y presión internacionales.
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