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"Ghost" regresa al Campus

"¿Pero tú que te has creído, imbécil?", clamaba una chica de unos 20 años en los pasillos próximos al aula magna de la Universidad de Jaén. Uno de sus compañeros, sin sentirse aludido por el apelativo, le apuntaba: "Lo pone aquí, "en tono agresivo". La chica repetía una y otra vez la frase mirando a un muchacho que simulaba una expresión tímida. Ambos formaban una de las parejas que ayer se presentaron al casting que, durante toda la mañana, coordinó un grupo de estudiantes de la Universidad de Jaén para seleccionar a los protagonistas de un cortometraje que financiará la institución académica. Será la segunda vez que la Universidad de Jaén, donde no existen estudios vinculados a las artes escénicas -lo más parecido es el aula que, con ese nombre, activa el teatro universitario y promueve un cine club-, se embarque en un proyecto de estas características. De hecho, los equipos ni siquiera son propios, sino alquilados. El cortometraje se basa en el guión que, el año pasado, ganó el concurso convocado por Extensión Universitaria. Su autor es David Doncel y la obra se llama Angelia. Narra los milagros de un joven, José, muerto en trágicas circunstancias, que se reencarna en otro cuerpo para poder presentarse al único examen que le queda para terminar la carrera de Filosofía. La historia se complica cuando se topa con Angelia, la chica de la que estaba enamorado cuando falleció. El autor estudia Empresariales. Lo único que tiene en común con el protagonista de su obra es que le queda una asignatura para terminar la carrera. El guión es el resultado de mezclar su gusto por escribir con sobredosis de Ghost. Sabe que le están haciendo algunos cambios al texto original. Dice que ahora "se parece más a Al salir de clase", pero en cualquier caso se mantiene la idea de "algo romántico", que era lo que le apetecía escribir. Por las tablas del aula magna universitaria se pasearon 51 actores. Algunos procedentes de los dos grupos teatrales de la Universidad y otros de talleres independientes. La única condición que se les exigió era estar matriculados en Jaén. Durante la prueba dieron algunos datos personales, se sometieron a una breve sesión fotográfica y se registró su actuación en vídeo. Los aspirantes, emparejados aleatoriamente con gente que, en muchos casos, veían por primera vez en su vida, debían representar un texto de apenas un par de minutos. Aunque los personajes de esa breve escena son los mismos que protagonizarán el corto, las frases se construyeron especialmente para la prueba. Para las chicas resultaba relativamente fácil. Debían asumir el carácter de una muchacha entristecida por la muerte de dos seres queridos. Los chicos lo tenían algo más crudo porque debían mostrar "a una persona que está en otro cuerpo", explicaba Javier Ureña, un estudiante de Psicología aspirante a la versión universitaria de Patrick Swayze. Las primeras filas del aula estaban repletas de candidatos. Sobre el escenario, cinco miembros del equipo técnico escrutaban a cada uno de los actores. "¿Tengo que llorar?", preguntaba un chaval segundos antes de iniciar la escena. "Claro. Si hay que llorar se llora; si hay que gritar, se grita; y si hay que besarse, igual", le indicó uno de los responsables del casting. Pero eso sí, "con mucha naturalidad", explicaba Luis David Ruiz, director del proceso de selección de actores y, cuando llegue el momento, hacia la primera semana de marzo, del corto. Para algunos la oportunidad significaría mucho más que un rato de distracción. "Hago teatro, me quiero presentar a las pruebas de arte dramático y esto me viene muy bien para el currículum", aclaraba Toñi Morcillo, una estudiante de Derecho de 23 años que replicó airada al joven fantasma durante las pruebas.

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