La Ciudad Universitaria está enferma de ruido

La Ciudad Universitaria de Madrid sufre de ruido. Cerca de las dos terceras partes del campus de Moncloa superan los 65 decibelios de ruido, el nivel que, según la Organización Mundial de la Salud, puede perjudicar a la salud. Los datos corresponden a un informe del área municipal de Medio Ambiente fechado en junio pasado. La voz humana oscila entre 40 y 60 decibelios, en el interior de una discoteca pueden llegar a medirse hasta 105; los 65 decibelios que reflejan las ordenanzas equivalen al timbrazo de un teléfono. El campus más grande del país lo sobrepasa con creces en el 66% de su superficie. El problema se agrava en cuatro de sus puntos neurálgicos: la Avenida de la Complutense, las inmediaciones del Paraninfo y las calles de Ramiro de Maeztu y Gregorio del Amo.

El problema de partida estriba en la proximidad del campus con la carretera de La Coruña. La mayoría de los vehículos que transitan por el lugar no tiene como destino ninguna facultad, sino la autovía A-6.

Los responsables académicos se mostraron muy cautelosos a la hora de enjuiciar estas mediciones sonoras. "Sufrir esos índices de ruido a las puertas mismas de las facultades no es un plato de buen gusto, sin duda, pero el tema ya no entra dentro de nuestras competencias", apuntó un responsable de la Complutense refiriéndose a la declaración de bien de interés cultural que la Comunidad de Madrid ha aprobado para la Ciudad Universitaria. Y agregó: "La Comunidad y el Ayuntamiento se están dando de bofetadas en nuestra cara, así que preferimos no incidir en nuestras demandas y confiar en que la declaración de bien de interés cultural sirva para resolver alguna cosa".

Paseo del Límite

El consorcio urbanístico de la Ciudad Universitaria, que integran la Complutense, la Politécnica y la UNED junto a la Casa de la Villa, proyectó una solución al tráfico. La idea consistía en crear en la mitad norte de la Universitaria una nueva vía perimetral para descongestionar el interior. Ahora será la Comunidad quien decida sobre esta alternativa, conocida como Paseo del Límite.El Ayuntamiento es el más receloso a la hora de emprender la nueva vía, ya que reducir el tráfico en el interior de la Universitaria conlleva un daño ecológico en la parte más periférica del campus. El proyecto arranca de los jardines de Francos Rodríguez, una zona de arbolado discreto, y pasa por un erial junto al Colegio de Huérfanos Ferroviarios para enfilar el pinar de pino piñonero adulto que crece junto al Instituto Nacional de Meteorología, en plena Dehesa de la Villa. Los técnicos municipales creen que este punto sería el más conflictivo, ya que ese pinar goza de gran aprecio entre los estudiantes y los vecinos.