Alemania muestra mayor comprensión con los problemas financieros de Rusia
Alemania ha indicado que, por motivos políticos, está dispuesta a hacer de abogada de Moscú ante las instituciones financieras internacionales para evitar una bancarrota oficial de Rusia antes de las elecciones parlamentarias y presidenciales de 1999 y del año 2000, respectivamente. "Creo que la posición alemana ante Rusia ha cambiado en el último mes. Parece que Alemania comprende que no tiene sentido esperar hasta el año 2000, sino que hay que tomar decisiones antes", manifestó el ex jefe de Gobierno ruso Serguéi Kiriyenko.
Durante una visita a Bonn, Kiriyenko abogó ante los dirigentes alemanes a favor de la refinanciación de la deuda rusa que vence este año. "Con un presupuesto de 20.000 millones de dólares (unos 2,9 billones de pesetas) anuales, Rusia no está en situación de devolver los 17.000 millones de dólares que vencen este año", dijo Kiriyenko, el economista que dirigió el Gabinete desde abril hasta agosto de 1998. Como máximo, Moscú puede plantearse pagos de 3.000 millones a 4.000 millones de dólares al año, aseguró Kiriyenko, que instó a Alemania y a Occidente a aceptar una refinanciación de la deuda rusa antes del mes de mayo, sin exigir a Moscú un programa económico. En mayo vencen los plazos de unos pagos que Rusia no está en situación de atender.
"Desde el punto de vista profesional, el FMI no puede destinar dinero a programas con los que no está de acuerdo, pero se puede tomar la decisión política de refinanciar esta deuda sin obligar a presentar el programa, ya que no se trata de ayudar al Gobierno, sino de ayudar a Rusia y de comprender la necesidad de conservar la estabilidad política hasta las elecciones", señaló Kiriyenko. "Hace un mes y medio", añadió, "el punto de vista dominante en Alemania era que no hacía falta adoptar ninguna estrategia en las relaciones bilaterales con Rusia y que, hasta las elecciones, era mejor esperar y esconderse tras las relaciones multilaterales y las negociaciones del FMI y el G-7". "Si la deuda no se refinancia, no se pagará, y esto hará más difícil la creación de mecanismos democráticos para resolver la situación, lo que no va en interés de Rusia ni de Occidente", sentenció Kiriyenko. En opinión del político, la reestructuración de la deuda rusa debe ser parte de una "política de puertas abiertas" hacia Rusia, que incluye el reconocimiento de este país como una economía de mercado.
Moscú necesita con urgencia que el FMI desbloquee el paquete de ayuda de 18.500 millones de dólares que prometió en julio de 1998. El crédito fue congelado cuando el Gobierno ruso se vio incapacitado en agosto para defender su moneda y pagar sus deudas. Kiriyenko no ocultaba en Bonn su intención de influir en el canciller previamente a la visita que éste realizará a Moscú los próximos 18 y 19 de febrero.
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