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Reportaje:

El alicorto vuelo del "Alaris"

Los nuevos trenes que enlazarán Madrid con Valencia circularán por debajo de su velocidad

No vuela como decían que lo hacía el AVE cuando se lanzó la campaña del primer tren de alta velocidad en España. Pero no vuela porque no le dejan. El Alaris, el tren que el próximo lunes enlazará seis veces al día Valencia con Madrid, y viceversa, es como un Mercedes que circula por una carretera secundaria. Aunque su velocidad punta es de 220 kilómetros por hora, de momento sólo puede alcanzar una media de 140 kilómetros por hora debido al acabado de la línea. Hace ya dos años que estos trenes se compraron a la Fiat por 7.000 millones de pesetas. Son una réplica de los llamados Pendolinos, que circulan en Italia y Suiza por líneas de altas prestaciones. Las 10 unidades adquiridas las ha montado Alsthom (fabricante del AVE) en su planta de Santa Perpetua de Moguda, en Barcelona. Están apostadas en las vías reservadas al AVE en la estación de Atocha de Madrid y las del Euromed de Valencia, a la espera de inaugurar el servicio el próximo lunes entre ambas capitales, Castellón y Gandía (sólo fines de semana y fechas punta). Si el Ministerio de Fomento hubiera acelerado la reforma de este corredor ferroviario -todavía está a tiempo-, Valencia y Madrid no necesitarían el AVE que han prometido los presidentes autonómicos Eduardo Zaplana y Alberto Ruiz-Gallardón sin decir quién pagará su cuantioso coste. Por mucho menos dinero, una vía modernizada permitiría al Alaris recorrer los 498 kilómetros ferroviarios que separan ambas capitales en menos de dos horas y media, un tiempo competitivo con cualquier otro medio de transporte.

Mientras se despeja la incertidumbre del AVE, Renfe releva los ya antiguos Intercity por los Alaris y gana 20 minutos en el recorrido (se queda en 3.30 horas) por el mismo precio (5.600 pesetas y un descuento del 20% en los billetes de ida y vuelta).

Si el viajero desea ir en clase preferente por 2.500 pesetas adicionales, le sirven una copa de bienvenida, la comida, el desayuno o la cena, le regalan el periódico, espera el tren en la sala Club, va más ancho y le permiten aparcar gratis el coche un día (dos con billete de ida y vuelta).

Con los Intercity y otras unidades, Renfe transportó el año pasado 875.000 viajeros entre Valencia y Madrid, 100.000 más que en 1997. Con los Alaris, Enrique Fernández, director de Grandes Líneas de la compañía, confía en arrebatar al avión un 20% del tráfico entre Madrid y Valencia. De momento no puede aspirar a más, mientras Fomento no concluya las obras para mejorar la vía. Y es que el Alaris (excepto en el tramo de Socuéllamos) todavía no puede volar.

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