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Matutes anuncia más medidas de presión en Gibraltar y el PSOE le acusa de engañar al Congreso

El PSOE ofreció ayer un apoyo envenenado sobre Gibraltar al ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes. Primero le acusó de ocultar al Parlamento y engañar a su grupo parlamentario sobre el contenido y alcance de la propuesta formulada al Reino Unido sobre la colonia y después le ofreció el pleno apoyo a su plan, que consideran acertado y muy alejado de la política de presión que en estos momentos está aplicando sobre el Peñón. Matutes desoyó esas acusaciones, anunció nuevas medidas en la verja y no descartó que se prohíba a los vuelos comerciales sobrevolar el espacio aéreo español en ruta a Gibraltar.

Matutes, durante el debate en la Comisión de Exteriores del Congreso, afirmó luego es que es "lamentable" que, en un momento en que todos los grupos deben estar unidos en una política de firmeza frente a Londres, se realicen maniobras para desorientar a la opinión pública.Rafael Estrella, portavoz socialista en esa comisión parlamentaria, distribuyó copias en inglés del supuesto memorándum presentado por Matutes en diciembre de 1997 en Londres para negociar la devolución de colonia, en el que se afirma textualmente que España "como Estado democrático no concibe una solución al problema de la soberanía que sea impuesto por la fuerza contra el deseo de los ciudadanos de Gibraltar". Esta es la posición que tradicionalmente han defendido tanto británicos como gibraltareños. Estrella dijo haberlo obtenido casualmente en Internet, después de que Exteriores le remitiera con retraso un texto breve, que no refleja cabalmente el alcance y contenido de la propuesta de Matutes.

Un portavoz de Exteriores informó a EL PAIS de que el origen del documento exhibido por el diputado socialista es la revista gibraltareña Panorama y que no tiene la más mínima credibilidad. Estrella, que entregó también una copia al portavoz del grupo popular en la comisión, José María Robles Fraga, le dijo al ministro: "Si usted se siente engañado por Robin Cook, yo me siento engañado por usted".

El ministro, que acudió para explicar las medidas de control adoptadas en la verja como consecuencia de la crisis generada por el conflicto pesquero, había construido su intervención en torno a un doble anuncio: la creación de una comisión interministerial presidida por el vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos, que diseñará un plan de desarrollo económico en la zona del Campo de Gibraltar para paliar los posibles efectos negativos de la política de firmeza contra la colonia británica, y el fracaso de las pretensiones del Gobierno de Gibraltar, de Peter Caruana, de encontrar una salida a sus pretensiones soberanistas. Matutes dijo saber que un "importante gabinete jurídico" británico, consultado por Caruana, le había aconsejado que proceda a admitir una negociación sobre la soberanía con España, ya que no tiene ninguna otra alternativa.

Permisos de conducir

Ayer, Matutes confirmó que el Ejecutivo estudia nuevas medidas de presión en la verja para desbloquear las negociaciones sobre la colonia. Entre ellas se encuentra la no admisión de los cerca de 6.000 permisos de conducir emitidos por las autoridades gibraltareñas que, en su opinión, no cumplen la normativa europea. El ministro llegó, incluso, a sugerir la posibilidad de prohibir el paso por el espacio aéreo español de los aviones comerciales que viajan a Gibraltar si a las autoridades del Peñón se les ocurriera intentar llegar a un acuerdo sobre el uso del aeropuerto similar al pactado con los pescadores andaluces sobre unas aguas sobre las que España nunca les reconocerá su jurisdicción. Lo que no dijo el ministro es que el pasado octubre, el secretario de Estado de Política Exterior, Ramón de Miguel, ya había dirigido una carta a Cascos en la que pedía, en nombre de Matutes, que coordinara las políticas interministeriales sobre Gibraltar. La carta ya contemplaba hace más de tres meses la posibilidad de adoptar medidas de "retorsión" en caso de que no prosperara la negociación sobre la devolución de la soberanía a España. Para la oposición socialista, que dio a conocer la existencia de la carta, encargar a Cascos la coordinación de la política sobre Gibraltar es todo un síntoma de las intenciones de Exteriores.

Matutes dijo que, ante la posición que ha adoptado el Reino Unido, "y muy en especial sobre el conflicto de pesca", no puede "ser optimista respecto de posibles avances en la próxima reunión ministerial del proceso de Bruselas, en principio prevista para mayo", de modo que las medidas de presión en la verja y ante la Unión Europea van para largo.

Esta política de "retorsión" fue criticada abiertamente por el portavoz de IU, Willy Meyer, que calificó de error contraproducente volver a intentar políticas que fracasaron en el franquismo. El portavoz de CiU, Ignasi Guardans, se mostró más comprensivo con la posición del Gobierno, que, dijo, se ha visto sorprendido por el incumplimiento de un acuerdo por parte de un país que es socio y aliado. Guardans apoyó resueltamente la política de acabar con la "economía parasitaria" de Gibraltar que va contra el "espíritu y la letra de la UE".

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