Carreras: "Es preciso que haya un relevo generacional por el bien de la ópera"
Lleva 29 años dedicado a la lírica y no se resiste a que nuevos cantantes vayan tomando posiciones. Sin embargo, el tenor José Carreras sabe, y así lo manifestó ayer, que "es preciso" que se produzca un relevo generacional "por el bien de la ópera, el arte y la cultura". Carreras se reencontró anoche con el público donostiarra, 11 años después de protagonizar en esta ciudad el último recital antes de ser ingresado para combatir la leucemia.
José Carreras (Barcelona, 1946) se enfrentó ayer en San Sebastián a un recital lírico e intimista con la misma ilusión con la que comenzó su carrera hace ya tres décadas. "Lo mejor que me ha ocurrido en todo este tiempo a nivel profesional", dijo horas antes del concierto en el teatro Victoria Eugenia, "ha sido el afecto y el cariño que he recibido siempre del público. En lo personal, que todavía no he perdido el entusiasmo y las ganas de continuar cantando y de tratar de comunicarme con la gente". Para él cantar es todo un lujo. "Aunque pueda parecer un tópico, lo más extraordinario que existe en nuestra vida, es poder desarrollar nuestras profesiones en algo que nos llene". Y a Carreras lo mismo le llena la música de Scarlatti, que la de Giovanni, Costa o Tosti, como dejó patente ayer ante un público que le ovacionó sin límites. Porque además del talento, la vocación ha sido la principal clave que ha guiado su trayectoria profesional y que ha determinado su éxito. De niño se aficionó al bel canto gracias a las películas de Mario Lanza. Sus padres apreciaron en él semejante pasión por la música que decidieron matricularlo en el Conservatorio de Barcelona a los seis años. Más adelante estudió con Hipólito Lázaro y tras cambiarle la voz, con los maestros Puig y Russ. Cursó los tres primeros años de la carrera de Ciencias Químicas, hasta que decidió dedicarse de lleno a la música. Desde entonces ha protagonizado una carrera meteórica, interrumpida en 1987 por una leucemia que le mantuvo alejado de los escenarios durante un año. Concentración Precisamente un día antes de ser ingresado en el hospital para recibir tratamiento médico ofreció un recital en San Sebastián, con el que no se quedó satisfecho. Carreras, que actuó ayer reclamado por Donostia Kultura, se resarció de la deuda emocional que sentía hacia el público donostiarra. Abordó 17 composiciones de autores y épocas diversas con las dificultades que entraña un programa como ese. "Además de las dificultades vocales", aseguró ayer, "en los recitales hay que saber adentrarse en cada nueva pieza: exigen mucha concentración porque cantamos en distintos idiomas y hay que tratar de dar con el estilo que requiere cada compositor". Ayer, Carreras huía de las corrientes de aire y se mostraba más que abierto al relevo generacional en la lírica. El tenor catalán, el más joven de sus coetáneos, es consciente de que permanecerán en activo "unos años más si Dios quiere", mientras el público demande su presencia en los escenarios, y sus facultades se lo permitan. Pero no se le escapa la necesidad de que los tres tenores, que tanto juntos como por separado han copado la programación lírica, vayan cediendo espacio de forma paulatina a quienes ya han comenzado a despuntar en el panorama lírico. Le gustan los escenarios pero Carreras no quiere acapararlos, prefiere compartirlos.
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