Precisión
He podido leer en EL PAÍS una noticia publicada el pasado 4 de febrero, página 24, sección Nacional, con la firma J. Y., Madrid, según la cual el magistrado señor Garzón ha decretado el archivo de dos sumarios que estaba instruyendo presuntamente relacionados con la denominada trama de los GAL.El motivo de la presente es poner en su conocimiento que en ninguno de los sumarios archivados, siempre según su noticia, he tenido ninguna intervención, ni por activa ni por pasiva. No he sido nunca en ellos ni imputado ni testigo, razón por la que considero que la referencia hecha por ustedes a las presuntas acusaciones que en su día habrían sido vertidas por mí no es sino un intento más, de los muchos que he venido padeciendo, de desprestigiarme, perjudicarme y convertirme en origen de todos los males de este país. Es imposible que las investigaciones judiciales del señor Garzón se basaran en acusaciones mías, simplemente porque yo no he acusado a nadie de estos hechos, y no tengo ninguna intención de perjudicar al cuerpo de la Guardia Civil, a pesar de su insistencia en mencionar mi pasada pertenencia al mismo, como rasgo definitorio.
Viví una determinada etapa de mi vida en un determinado lugar y desempeñé, con gran honor por mi parte, una determinada actividad profesional en defensa de los intereses de mi país, lo cual no me ha traído nada más que problemas y, gracias a la insistencia de su medio y de otros como el suyo, mi vida se ha complicado de forma que creo no merecer.
Ni he sido ni soy el testigo de cargo de los GAL, por mucho que se empeñen los medios de comunicación. En contra de mi voluntad, me he visto envuelto en algunos de los sumarios (nunca en los que ustedes mencionan) que actualmente se instruyen, derivados de esas siglas, y he tratado de colaborar con la justicia en todo caso, bien como testigo, bien como imputado. No obstante, mi conocimiento de los hechos que se enjuician se limita a haber compartido profesión y destino con personas que hoy se encuentran inculpados en causas penales. Exactamente lo mismo que otros más de mil guardias civiles que prestaban servicio en el cuartel de Intxaurrondo durante el tiempo que yo estuve allí destinado. Considero una auténtica falta de respeto hacia mí, por supuesto, y hacia la justicia las referencias explícitas a acusaciones que no he realizado, y a cuerpos de la seguridad del Estado, instituciones que nada tienen que ver con estas tramas, y dejan claro su desconocimiento y desinformación en cuanto a la instrucción de las causas mencionadas, en las que, repito, no he tenido ninguna intervención, como demuestra el hecho de que no haya sido llamado para declarar en ellas ni una sola vez.
Quiero hacer constar que su medio (que tiene publicado un Libro de estilo), cuando se refiere a un presunto delincuente o a un delincuente, se limita a mencionar las iniciales de su nombre. En cambio, en mi caso han mencionado mi nombre y apellidos, con desprecio absoluto del peligro que puede representar esto para mi integridad física, siendo posible objetivo de bandas terroristas que actúan en nuestro país. Entiendo que se trata de una situación muy similar a la que provocó en otro medio el famoso caso Vinader. Ignoro cuáles son las pruebas de que disponía el magistrado señor Garzón para iniciar e instruir los sumarios que hoy se han sobreseído, pero reitero que yo nunca he vertido testimonio alguno en ellas, ni inculpatorio ni exculpatorio. Y, visto lo sucedido, no lo haré nunca.-
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