Los palestinos ya tienen una reina en Jordania
Los palestinos de Jordania tienen ya una reina: Rania. Aunque el título no será oficial hasta que su esposo, el soberano Abdalá, firme el decreto confiriéndole este rango, la joven Rania ha empezado ya a gobernar en el corazón del 60% de la población jordana de origen palestino. En total, 2,76 millones de súbditos a los que hay que sumar otros 1.358.706 ciudadanos palestinos que se amontonan en los 12 campos de refugiados diseminados por todo el país. "No nos preocupa la situación palestina. Nosotros somos de nacionalidad jordana, estamos ya plenamente integrados. Nuestro rey ha sido el rey Hussein. Ahora lo será Abdalá. Lo mismo le ha pasado a la princesa Rania. Ella es también jordana", aseguraba ayer un vecino de Ammán, oriundo de la de la ciudad de Tulkarem, en Cisjordania, la misma localidad de donde procede la esposa del actual soberano. Rania nació hace 28 años en Kuwait, adonde se había trasladado su familia por razones de trabajo. En 1991, tras la guerra del golfo Pérsico, emigraron como muchos otros palestinos a Jordania, en cuya capital conoció a Abdalá.
El origen palestino de la esposa del rey no ha pasado desapercibido, sin embargo, entre los refugiados que viven -algunos desde hace más de medio siglo- en los campos bajo protección de las Naciones Unidas. El futuro de este millón largo de personas constituye uno de los problemas que deberán arreglarse cuando se desbloquee el proceso de paz y se negocien los últimos puntos pendientes, entre los que se incluyen también el estatuto definitivo de Jerusalén.
El futuro de estos refugiados palestinos de Jordania está también vinculado al de los 257.000 de Siria o los 350.000 de Líbano, que configuran en este último país, un colectivo de segunda categoría. Las autoridades de Beirut han mermado sus derechos cívicos y les impiden, entre otras cosas, ejercer determinados empleos o estudiar ciertas carreras.
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