El neoclasicismo colonial de Tolsá se exhibe en la Lonja de Alicante
La exposición sobre la obra del escultor y arquitecto Manuel Tolsá y su escuela, que se expone en el Museo Lonja del Pescado de Alicante desde ayer, es una muestra tanto de valor artístico como histórico. Artístico por la perfección que alcanzan algunos de los apuntes expuestos, del artista de Enguera (La Canal de Navarrés) y de sus discípulos indianos. Histórico porque refleja el grado de desarrollo que, bajo la tutela de Tolsá, adquirió el neoclasicismo de finales del XVIII en los territorios coloniales que hoy conforman México.
Un total de 50 piezas entre grabados, estudios y trabajos en metal, pueden verse desde ayer y hasta el 5 de marzo en la sala de exposiciones alicantina. A la entrada, recibe al visitante una reproducción en bronce de El Caballito, como se conoce popularmente a la obra cumbre de Manuel Tolsà: la estatua ecuestre de Carlos IV instalada en la Plaza de México. Esta figura ha sido modelada especialmente para esta exposición que llega a Alicante procedente de México y Valencia. Posteriormente irá a Castellón y finalizará en Enguera con una muestra reducida debido a la falta de espacio en la casa de cultura de la localidad natal de Tolsá, donde se quedará El Caballito. La muestra va desde los estudios sobre piezas clásicas con anotaciones al margen sobre dimensiones y técnicas hasta los planos para la construcción de edificios emblemáticos, que hoy dan fe de la importancia de la escuela neoclásica implantada por los colonos españoles. Especial interés tienen los bocetos y grabados realizados por los alumnos más aventajados de la escuela de Tolsá, el escultor y grabador Pedro Patiño Itxolinque y el arquitecto José Agustín Paz, por un academicismo tan acusado que aventuran la autonomía respecto al maestro. También por la incorporación a las formas neoclásicas de modelos de rasgos indianos, como reivindicación de sus señas de identidad. Esta exposición, cuya comisaria es Elisa García Barragán, se debe en gran parte a la Universidad Nacional Autónoma de México, que ha aportado un buen número de piezas. Sirve también para dejar constancia de la huella que dejaron en México Tolsá y otros artistas valencianos que colaboraron en algunos de sus proyectos, como Rafael Ximeno y Joaquín Fabregat. Precisamente este último es el autor de una de las piezas más destacables de la exposición, una vista de la Plaza Mayor de México de 1797, una de las primeras en que aparece, en medio del ágora, El Caballito de Tolsá.
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