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Abdalá II jura como rey ante el Parlamento

El príncipe Hamzeh, primogénito de Noor y favorito de Hussein, nombrado heredero según el deseo del fallecido

"Anunciamos la muerte del más apreciado, del más grande entre los hombres, del decano de Al Beit [literalmente, La Casa; se refiere a la estirpe de los descendientes del profeta] quien ha rendido su último suspiro hoy domingo a las 11:43 y al que Alá ha decidido llamar a su lado". Con este comunicado oficial, difundido por la radio y la televisión, Jordania conoció ayer la muerte oficial de su soberano. La muerte, provocada según información del equipo médico por un paro cardiaco, ha supuesto el fin de una agonía que se inició hace dos días cuando el monarca entró en un coma profundo. La familia real, en un intento de apurar todas las esperanzas, resolvió mantener el cuerpo del soberano asistido artificialmente, con medios mecánicos, en una unidad de cuidados intensivos del hospital Al Hussein, de la Ciudad Sanitaria de Ammán, a pesar de que los doctores habían dictaminado su "muerte clínica". La familia tomó este acuerdo en el transcurso de una agria polémica, que demostró una vez más la desavenencias de la Corte de Ammán, agravadas sobre todo por la ausencia del rey Hussein. La reina Noor, apoyada por la mayoría de los hijos del monarca agonizante, propugnó mantener con vida a su marido, mientras el resto de la familia reclamaba que se le dejara morir en paz, desenchufarlo de la máquina y trasladarlo a palacio para que expirara con tranquilidad.

Ejercicio de reconciliación

La muerte del rey Hussein ayer al mediodía, cuando el pueblo de Jordania se estaba preparando para una larga espera, ha llevado por un momento la paz a la familia real, haciendo desaparecer al menos aparentemente todas las tensiones, que habían aflorado de manera impúdica desde que el rey marchó el pasado mes de julio a la clínica Mayo de Estados Unidos para ser sometido a un tratamiento contra el cáncer. Ayer todos los miembros de la familia real parecían haberse reconciliado, en torno al dolor por la muerte del soberano. "Os pido a todos que permanezcáis unidos en la lealtad, como una sola familia", solicitaba el príncipe heredero Abdalá, dirigiéndose a su pueblo, pero también a su propia familia, en una alocución transmitida por la televisión oficial momentos después de comunicarse la muerte del rey. El heredero anunció, en este breve texto leído en árabe clásico, que preservará "el legado de Hussein al edificar una Jordania fuerte" y llamó a la unidad del país. Abdalá, convertido automáticamente en rey aunque no había aún jurado su cargo, pronunció estas palabras sentado en la mesa de trabajo del despacho de su padre, desde donde el rey Hussein había dirigido en los últimos años numerosos discursos a su pueblo. Todo permanecía en el mismo sitio, en el mismo lugar, incluido el retrato de la reina Noor, madrastra de Abdalá, que apareció por la pequeña pantalla, sobre una repisa, a la izquierda de la imagen. De acuerdo con su mensaje de unidad y en un intento de dar ejemplo a todo su pueblo, Abdalá acudiría horas más tarde, acompañado de su tío Hassan, el ex príncipe regente, a jurar el cargo en el Parlamento. Los dos viajaron en el mismo automóvil desde el Palacio Real a la Cámara de los Diputados y los dos recorrieron a pie, uno al lado del otro, el trayecto que les llevó hasta el hemiciclo, como dando por cerrado un largo episodio de enfrentamientos y desavenencias. Abdalá II juró su cargo en una meteórica ceremonia, ante diputados y senadores, colocando su mano sobre el Corán y comprometiéndose a "respetar a la Constitución y proteger la nación". Momentos antes de prestar su juramento, el heredero había permanecido durante unos segundos, en posición de firmes, ante un retrato de su padre, en traje militar de gala, que había sido colocado en el estrado. La primera disposición legal del rey Abdalá II fue el decreto real que nombra príncipe heredero a su hermanastro Hamzeh, de 18 años. La orden del nuevo monarca es el fruto de un pacto entre caballeros que fue suscrito entre el entonces príncipe Abdalá y el propio rey Hussein, el pasado 25 de enero, cuando el monarca anunció a su primogénito, su decisión de designarle como único sucesor de la corona, pero imponiéndole como condición nombrar sucesor a su hermanastro. El nombramiento de Hamzeh, el hijo preferido del fallecido rey y de la reina Noor, su última esposa, como heredero de la corona fue consensuado hace un año en una reunión que el soberano efectuó con algunos de los miembros de su familia. El acuerdo posteriormente quedaría sellado en conversaciones que el monarca mantuvo con altos dirigentes del país, incluidos los jefes de las tribus beduinas.

Funeral histórico

Ammán se prepara ahora para ser escenario de uno de los funerales más importantes de los últimos años, al que asistirán más de medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno. Será un homenaje al rey, pero, sobre todo, al proceso de paz entre israelíes y palestinos, al que el rey Hussein dedicó sus últimos años y que le llevó el pasado de octubre a abandonar la clínica, para hacer posible el acuerdo de Wye Plantation entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente palestino, Yasir Arafat. El cortejo fúnebre partirá del palacio de Bab el Salam, su última residencia, a las afueras de la ciudad, y su cuerpo, a bordo de un vehículo militar, será paseado en un recorrido de veinte kilómetros por las principales calles y avenidas de la capital, hasta el palacio Raghadan, en corazón el barrio de la Corte Real o Maqar, para ser finalmente enterrado en el Cementerio Real. El cuerpo del soberano reposará directamente sobre la tierra, sin ningún féretro tal y como establece el Corán. La ceremonia finalizará con el rezo de la fatiha (la oración de los muertos) a la que seguirá el estruendo de 15 cañonazos.

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