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La bicha

PACO MARISCAL Cuatro consejeros de Educación en poco más de tres años en la consejería del ramo. Y numerosas escuelas públicas, sobre todo aquellas donde se imparte la Educación Secundaria Obligatoria, como meretrices por rastrojo. Tan ejemplar es la introducción de la ESO generalizada que nombrársela a alguien en la escuela pública donde se imparte es como nombrarle la bicha a un sevillano. Se diseñó la ley con la mejor voluntad posible y con el loable objetivo de escolarizar a los adolescentes hasta los 16 años, y no se contó con que había que cambiar el modo de funcionamiento de los centros públicos de enseñanza antes de introducirla. Porque dejando aparte mapas escolares, carencia de centros y escasez de dotaciones, que no es poco ni banal, la reforma era algo más. Una reforma de la que no era partidario el PP en la oposición y mantuvo en el poder, eso sí, achacando su mal funcionamiento al partido que la aprobó, el PSOE. Esperpéntico, divertido y triste, cuando hasta los maestros y maestras que, desde mucho antes de la LOGSE, apostaron por la renovación didáctica y la reforma, se encuentran desconcertados. Escuela privada 1- Escuela pública 0. Al menos eso es cuanto se percibe de forma mayoritaria en las aulas o barracones de Secundaria, y en la calle. Y no es justo, ni equitativo, ni de recibo para quienes dejaron mucha suela de zapato gastada entre escolares; para quienes, como Marian Ozcariz, piensa que la escuela de todos, ni concertada ni privada, ha de ser la mejor para todos. Marian Ozcariz tiene muchos años de mili junto a la pizarra y los ojos azules; durante cuatro años fue directora de Renovación Pedagógica del gobierno vasco, y ahora enseña de nuevo matemáticas en el IES Ategorri-Tartanga de Erandio. Dijo el sábado pasado en la sede del PSPV-PSOE, que la escuela pública peligra y por eso hay que buscar el mejor funcionamiento de la misma. Algo culebrea en el PSPV-PSOE, distinto al picoteo entre menganito y sotanito casi habitual. Periódicamente se reúnen con militantes y simpatizantes independientes, que no neutrales, para debatir temas relacionados con la educación, con las escuelas. Actúa como animadora Mercedes Madrid, y se habla claro y trasparente. Claridad y trasparencia suelen ser progresistas. Habló Marian del funcionamiento de los centros públicos y de los dobles lenguajes con que funcionan: el que se envía a la Administración en papeles y el real. Nadie se preocupó durante décadas por la programación de sus matemáticas ni del método con que las enseñaba. Habló de la calidad y de la imagen que trasmiten los centros públicos; y formuló una lista de actuaciones concretas y puntuales que cambiarían esa imagen y esa calidad, actuaciones concretas que algunos maestros y maestras llevan a cabo, como si se tratara de un currículo oculto. Entre padres y maestros que asistieron al debate, algo quedó meridianamente claro: la sociedad ha cambiado, la escuela pública del siglo XXI no puede ser como la del XIX y, además, necesita de maestros funcionarios que no de funcionarios maestros, porque, en este caso, el orden de los factores sí altera el producto. Ella lo sabe porque enseña matemáticas; los consejeros de educación del PP no se enteran, dado el poco tiempo que permanecen al frente de la consejería del ramo.

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