La importancia de llamarse...
"Les comunico que he procedido a invertir mis apellidos, según consta en el correspondiente apunte del Registro Civil, debiendo registrarse mi identidad como Adolfo Alustiza Fernández, lo cual ruego regularice en todas las comunicaciones para no dar lugar a defectos de forma". El pasado mes de junio, el director de Seguridad Ciudadana de la consejería de Interior comunicaba de esta forma a sus colaboradores la decisión de invertir sus apellidos, como han hecho en 1998 mas de un centenar de ciudadanos vascos, de ellos 98 en Vizcaya, y 19 en Álava, según los datos de los registros civiles. En Guipúzcoa, se abrieron el año pasado un total de 1.344 expedientes de cambio de datos de identidad, pero en este momento no están discriminados informáticamente los que se refieren a inversión de apellidos. No obstante, los funcionarios que desarrollan esta labor, afirman que la mayoría de los casos, unos 500, se refieren a cambios de nombres y apellidos a la ortografía euskerica, "que ahora es lo que más se lleva". Efectivamente, en Vizcaya también son muchos los ciudadanos, 297 en concreto, los que optaron en 1998 por adecuar sus apellidos al euskera. La cifra baja sustancialmente en Álava, donde tan sólo 87 personas utilizaron esta opción. La Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia, editó el pasado julio el Nomenclátor de apellidos vascos para ahorrar trámites burocráticos. Hasta ese momento, cuando alguien quería cambiar su apellido oficialmente de Echeverría a Etxeberria, por ejemplo, tenía que lograr un certificado de la Academia que indicase la grafía correcta, un trámite que todavía tienen que cumplir aquellas personas cuyos apellidos no aparecen en este listado que acumula 10.000 apellidos vascos, pero que tan sólo son la mitad de los existentes. Euskaltzaindia ha recibido en los últimos años miles de consultas de este tipo, razón por la cual, en colaboración con la consejería de Justicia y el ministerio homólogo, editó este nomenclátor. En la presentación, el vicepresidente de Euskaltzaindia, Henrike Knörr, afirmó que "con este libro no sucede ningún cataclismo, no se rompe España, ni se obliga a nadie, sino que se ayuda a que un ciudadano vasco pueda ejercer su derecho a poner su apellido en grafía vasca". La iniciativa sólo puede considerarse positiva. En cambio, el calificativo con el que define un profesor vizcaíno "la anécdota" que le sucedió el pasado noviembre merece por lo menos el calificativo de soprendente. Este profesor de apellido vasco, que prefiere mantener en el anonimato su identidad, realizó a principios de este curso lectivo un cursillo de formación. Poco después recibió una llamada de una persona que se identificó como funcionario de la Dirección de Renovación Pedagógica del Departamento de Educación. La sorpresa se dibujó en la cara del profesor cuando el citado funcionario le preguntó cómo quería que escribieran su apellido en el certificado del cursillo que había realizado. "Pues, como siempre, como está en mi DNI", afirmó el enseñante. "Bien, en ese caso", contestó el funcionario, "si lo quiere mantener con grafía castellana, lo tiene que manifestar por escrito". El profesor pensó en un primer momento que no le habían entendido bien y pidió una aclaración. La respuesta que recibió le dejó todavía mas perplejo: dado que su apellido vasco tenía grafía castellana, si quería mantenerlo lo debía hacer constar y si lo quería cambiar, también. ¿Y si tenía grafía en euskera? "Entonces no habría problema". Aunque muchos ciudadanos consideran estos asuntos complicados, la realidad es que en los últimos años se han simplificado mucho y además su tramitación es gratutita. No obstante, los grupos nacionalistas en el Congreso trabajan para que los cambios de apellidos y nombres a las grafías de las lenguas cooficiales, sean todavía mas fáciles. El pasado 12 de enero, la Mesa de la Cámara baja decidió tramitar varias proposiciones no de ley que ya habían sido aprobadas, en diciembre de 1998, en el Parlamento catalán, entre las que destaca la de incorporar en el DNI y en el Pasaporte las lenguas oficiales del Estado. Además, está pendiente de tramitación, también en el Congreso, una proposición de ley del BNG para modificar la ley de Registro Civil. Durante la sesión parlamentaria en que se abordó este tema, IU presentó una enmienda en la que afirmaba que el "acoso y oprobio" sufridos por las ahora lenguas cooficiales hizo que no sólo se prohibiese su empleo hablado, sino que "se robó a los ciudadanos su bien más personal, sus apellidos".
Favores a los muchachos
¿Por qué impedir a un hijo de gallego y extremeña llamado Pedro que a sus 18 o 20 años en Euskadi se llame Arkaitz? ¿O por qué a prohibir a Gloria, que viene a pasar los veranos a Galicia desde Bilbao, que se ponga el nombre de Aintzane? Son palabras del diputado del BNG Francisco Rodriguez en el Congreso para defender la reforma de la ley 17/1977 de 4 de enero. Ese texto permite a todos los nacidos antes de esa fecha cambiar su nombre por su equivalente en cualquiera de las lenguas cooficiales. El diputado gallego considera que esta ley se quedó "corta" a pesar de la buena intención del legislador, que intentaba enmendar la ley del Registro Civil, de 1957, que ordenaba que los nombres propios de españoles se consignaran en castellano. Francisco Rodriguez afirmó que es "injusto" que los nacidos después de 1977 no tengan opción a ese cambio, aunque sus padres tuvieron libertad para ponerles el nombre que quisieran."No saben cuántos favores vamos a hacer a muchachos y muchachas de 17 a 20 años", afirmó el diputado a sus compañeros del hemiciclo. La propuesta del BNG recibió 273 votos a favor, ninguno en contra y dos abstenciones. No obstante, la diputada del PNV Margarita Uría pidió una aclaración sobre este extremo, ya que su impresión es que la situación ha cambiado. Efectivamente,en Euskadi ese problema no existe. A pesar de seguir vigente la citada legislación, desde los registros civiles vascos se facilita todo lo posible esta tramitación, y prueba de ello es que en 1998, 301 vizcainos y 68 alaveses sustituyeron su nombre por la traducción del mismo al euskera.
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