Maragall califica al pujolismo de "viejo régimen que se tambalea" El candidato hace pedagogía federalista entre sus compañeros del PSOE

Pasqual Maragall cerró ayer un periplo de tres días por Asturias y Castilla y León entusiasmando a un auditorio compuesto por una mezcla de militantes de base y altos dirigentes del PSOE, reunidos en unas jornadas de debate en Magaz de Pisuerga (Palencia), con el anuncio de una victoria en las autonómicas catalanas. "Volveré dentro de un año y estaremos más presidentes en esta mesa", dijo. En las elecciones municipales de junio, añadió refiriéndose al pujolismo, "daremos un golpe al viejo régimen que se tambalea". Y luego, en las autonómicas de otoño, "llegará el cambio que Cataluña quiere y va a tener".

Maragall hizo su defensa del "federalismo de la diversidad" en una mesa redonda sobre el futuro del Estado autonómico en la que intervinieron también el secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, y el candidato del PSOE a la alcaldía de Zaragoza, Juan Alberto Belloch. Pero a su explicación sobre las ventajas de un federalismo que combine la proximidad a los ciudadanos, el reconocimiento de la diversidad nacional y la articulación en el conjunto español y europeo, Maragall añadió el llamamiento a trabajar conjuntamente para que España sea el impulsor de este modelo en Europa. Para esta tarea, afirmó, "el abrazo de Castilla y Cataluña será crucial". Y Maragall no tiene dudas de que se producirá, por mucho que en el proceso interfieran las tensiones con los nacionalistas. El ex alcalde de Barcelona dedica una parte de todas sus intervenciones a rectificar la idea que la política de Convergència i Unió (CiU) ha acabado por imponer en la opinión pública española de que hay, dice, una Cataluña que "está haciendo las maletas para irse de España". Ayer también lo hizo, con palabras muy claras. "Cataluña no se plantea la separación, aunque puede hacerlo, porque no quiere", aseguró. Y agregó: "Porque no queremos y porque os queremos". Esta es la orientación, concluyó, que permitirá la eclosión de la España "plural, avanzada, confiada; la de la gente, tal como es". La reconquista Ni que decir tiene que este discurso entusiasma a los auditorios socialistas españoles. Así lo indicaron ayer los aplausos con que fue acogido y luego los comentarios, en los que abundaban los elogios. Además, el aspirante a sustituir a Jordi Pujol en la presidencia de la Generalitat situó el augurio de su victoria en Cataluña en una oleada que comprendía otras victorias también muy esperadas por los socialistas. "Vamos a reconquistar Asturias, Madrid, Valladolid, Oviedo, Sevilla", afirmó. "Y vamos a ver qué pasa en Valencia", agregó, prudente. También incluyó entre sus vaticinios el triunfo de la izquierda en las elecciones municipales en Barcelona, Lleida y Girona; en Reus, Igualada, Manresa, entre otras plazas, y "un avance" en las comarcas del Ebro. Todo esto no es óbice para que Maragall defienda también nítidamente que Cataluña requiere un paso más en el desarrollo político del autogobierno. Pero siempre en el contexto del desarrollo del modelo constitucional. En Magaz de Pisuerga reclamó también una "relectura" de la Constitución que desarrolle el valor que la Carta Magna hace de la existencia de regiones y nacionalidades. Explicó que esas nacionalidades no son otras que Galicia, Euskadi y Cataluña. "Hace falta un gesto para con Cataluña y Euskadi. No un gesto hacia CiU y el PNV, sino hacia el pueblo de Cataluña y de Euskadi". Ese gesto que reclama será posible, dijo, cuando haya paz en Euskadi, "dentro de un par de años". Y llegará, en su opinión, no porque la implantación del modelo autonómico haya ido mal, como sostienen los sectores nacionalistas radicalizados, sino todo lo contrario. "Lo que se hizo se hizo bien, y por eso se puede avanzar", afirmó. PASA A LA PÁGINA 4