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Reportaje:

"Ceuta no es Chicago, pero sí una incipiente Sicilia"

Las mafias, cada vez más poderosas, mueven al año más de 300.000 pesetas en actividades ilegales

Miguel González

Circulan en Mercedes a toda velocidad y visten trajes de Armani. Siempre van rodeados por una legión de guardaespaldas. Se pasean por la ciudad como si fueran sus dueños. Tal vez lo son. "Ceuta no es el Chicago de los años veinte, pero sí una incipiente Sicilia", advierte el delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro. En una población de 65.000 habitantes es difícil ocultarse, pero no se ocultan. Al contrario, se jactan. Moro no cree que en la plaza norteafricana residan los grandes capos del narcotráfico, seguramente instalados con mayor comodidad en la Costa del Sol, a la otra orilla del Estrecho, pero sí algunos de sus sicarios, cuya presencia resulta más irritante por la ostentación de que hacen gala. Los enfrentamientos entre clanes rivales están a la orden del día. No es infrecuente escuchar disparos nocturnos en la barriada del Príncipe. Incluso con armas de guerra. El pasado verano se encontró el cuerpo de un musulmán de 16 años amordazado, con las manos atadas y un disparo en la cabeza. Todavía no se ha esclarecido el crimen.

Y, sin embargo, Ceuta es quizá la localidad española con mayor número de policías por habitante: 527 guardias civiles, 400 policías nacionales, más de 150 agentes locales.

Corrupción y miedo

Pero la corrupción policial es un secreto a voces. "Hay guardias civiles que cobran por no estar ; policías, por no mirar , y agentes locales, por informar [de los servicios que tienen programados]", admiten miembros de los cuerpos de seguridad. Los equipos de asuntos internos que visitan con frecuencia la ciudad, el último esta misma semana, tropiezan con un muro de silencio.

Donde no llega la corrupción lo hace el miedo. Los cabecillas famosos disponen del censo local: alguien desde la Administración se lo ha facilitado. Pero ni siquiera sería necesario. Todo el mundo se conoce. Todo el mundo sabe quién es la esposa del policía, a qué colegio van los hijos. Basta con pinchar las ruedas del coche, susurrar una amenaza desde el telefonillo del portal...

Los más drásticos piensan que habría que cambiar toda la plantilla policial, para escándalo de los sindicatos. La Delegación del Gobierno se conforma con que los refuerzos de los cuerpos de seguridad vayan rotando en vez de instalarse con carácter permanente, pese a los inconvenientes que se derivan del desconocimiento del medio.

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Los mafiosos se sienten arropados por la población musulmana, alrededor de un tercio del total, especialmente los más jóvenes, a los que no cuesta deslumbrar con el dinero fácil de la droga, especialmente si la alternativa es el desempleo. Pequeños obsequios, como la distribución gratuita de corderos entre los vecinos cuando llega la festividad musulmana, consolidan su popularidad. Así, el intento de la Guardia Civil de requisar unas pateras provocó casi una insurrección el año pasado en el poblado de Benzú.

No obstante, la Delegación asegura haber acabado con los talleres clandestinos de pateras, pese a las protestas de quienes vivían del negocio. Estas someras embarcaciones sirven para trasladar tanto inmigrantes como droga. La consigna, si las patrulleras de la Guardia Civil aparecen, es: "¡Bulto al agua!". El Código Penal castiga con mucho mayor rigor el tráfico de estupefacientes que el de personas.

La primera medida del actual delegado consistió en quemar las pateras incautadas, evitando que sus propietarios las adquirieran en subasta y las legalizaran. Más difícil parece, sin embargo, erradicar las lanzaderas de alta velocidad atracadas a la vista de todos en el puerto deportivo.

Algunos capos, como El Nene, que supera en poco los 20 años, han pasado por prisión acusados de narcotráfico, si bien fugazmente. Otros siguen inmaculados ante la ley. La Agencia Tributaria investiga el patrimonio de multimillonarios sin fuente de ingresos conocida. Hasta ahora no ha obtenido más resultado que recaudar el impuesto correspondiente a algún vehículo de lujo.

"Comercio atípico"

Se estima que cada año se mueven legalmente en Ceuta unos 150.000 millones de pesetas. El dinero procedente de lo que se denomina eufemísticamente comercio atípico dobla e incluso triplica esta cantidad. No todo procede del narcotráfico. Buena parte sale del contrabando de artículos de consumo con Marruecos. Pero ambos se mezclan en la lavadora del blanqueo. Muchos comerciantes, alarmados por el auge de las mafias, miran para otro lado cuando ven engordar su cuenta de resultados.

La permeabilidad de la frontera facilita la impunidad. Sin embargo, contra lo que pudiera creerse, es la zona española la más segura para el delito. La policía marroquí, con fama de ser receptiva a los sobornos, actúa con una contundencia difícilmente asumible en un Estado de derecho cuando recibe órdenes superiores.

"Se ha dejado crecer el cáncer durante demasiado tiempo y ahora quizá sea tarde para atajarlo", lamenta un miembro de los servicios de información. Este panorama explica, en buena parte, por qué el heterodoxo partido de Jesús Gil, el Grupo Independiente Liberal (GIL), puede ganar las elecciones locales el 13 de junio.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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