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EE UU advierte de que no podrá mantener su déficit comercial

Rubin pide que Europa y Japón reduzcan sus barreras comerciales

El déficit comercial norteamericano, consecuencia de que compra al mundo mucho más de lo que le vende, ha sido uno de los principales factores que han mitigado los efectos de la crisis financiera internacional. Pero este contrapeso no se va a mantener siempre. El secretario del Tesoro de EE UU, Robert Rubin, advirtió ayer deque "este desequilibrio no puede sostenerse indefinidamente" y reclamó a Europa y Japón que "actúen para conseguir tasas más elevadas de demanda", así como que "reduzcan las barreras comerciales".

La delegación norteamericana ha acudido a la reunión del Foro Económico Mundial, que se celebra en la ciudad suiza de Davos, con dos ideas muy claras: dejar claro a europeos y japoneses que la política comercial es su principal preocupación y despejar cualquier duda sobre su apoyo a la libertad más completa para el movimiento de capitales.

En el fondo, una conciencia, compartida por casi todos, de que la economía mundial está inundada en un exceso de producción, que se expande de un sector a otro, mientras que los mercados emergentes más dinámicos, sacudidos por la crisis financiera, reducen su capacidad de de manda.

Hasta ahora, los efectos de esta situación se han paliado en los países industrializados gracias, en gran parte, a la potente de manda del mercado norteamericano, cuyos consumidores han reducido a cero su tasa de ahorro y han adquirido productos de todo el mundo. La consecuencia ha sido un espectacular crecimiento de su déficit comercial.

Rubin no olvidó hacer ayer un recuento explícito del papel jugado por la economía de su país. "Es casi imposible no sacar la conclusión de que EE UU han sido los más abiertos a las exportaciones de los p que buscaban recuperarse de la crisis", señaló. Por si había alguna duda acerca de a quién se estaba refiriendo, Rubin comparó situaciones: "Estados Unidos tiene un déficit comercial grande y creciente, mientras que Europa y Japón tienen superávit grandes, estables y crecientes".

Aunque no habló de plazos, el responsable de la política financiera norteamericana sí diagnóstico que "el sistema económico internacional no puede soportar in definidamente los grandes desequilibrios creados por las disparidades en el crecimiento y la apertura comercial entre EE UU y sus principales socios comerciales".

Rubin descartó que EE UU vaya a intentar reequilibrar esa situación "utilizando nuestra moneda como un instrumento de política comercial", es decir, depreciando el valor del dólar para hacer más competitivas las mercancías norteamericanas. Obviamente, la otra alternativa es presionar a Europa y Japón para que incrementen sus exportaciones. Tarea a la que se aplica claramente la Administración estadounidense, como puso de manifiesto Al Gore al denunciar las subvenciones que la Unión Europea destina a la agricultura. Propuesta que le ha granjeado al vicepresidente una importante cuota de apoyos y popularidad a su vuelta a Washington.

El otro eje de la intervención de Rubin fue su defensa del libre movimiento de capitales. El secretario del Tesoro reconoció que la propuesta de imponer controles a las salidas de capitales "haga nado apoyos últimamente", pero aseguró que tales controles "retrasan el crecimiento, deterioran la inversión desde el exterior y son utilizados como sustitutos de las reformas estructurales".

Respecto a la reforma del sistema financiero internacional, a fin de mejorar su capacidad de respuesta frente a las crisis financieras, Rubin volvió a enfriar el ánimo reformador de los Gobiernos europeos. Así, consideró casi imposible establecer mecanismos para precalificar a. los países que podrían recibir ayuda financiera internacional, como la dificultad de definir los criterios que habrían de cumplir, o el riesgo de que los mercados interpreten esa calificación como una especie de garantía contra posibles pérdidas. Respecto a los sistemas preventivos, Rubin los descalificó echando mano de su experiencia como banquero: "Nada en mis 26 años en Wall Street o los seis en el Gobierno sugiere que exista ninguna capacidad preventiva". La solución, como siempre, reside, según Rubin, en "en la transparencia y la disciplina de los mercados". Del lado de los inversores, Rubin sugirió "una mejor supervisión del riesgo bancario para evitar excesos tanto de sobreinversión como de pánico".

[El primer ministro ruso, Yevgueni Primakov, anunció ayer en Davos que mañana firmará un protocolo de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque no ofreció detalles sobre su contenido. Rusia debe pagar 4.400 millones de dólares (unos 642.000 millones de pesetas) al FMI durante este año y espera obtener un acuerdo para reescalonar esta deuda.

Por otra parte, unos 290 manifestantes se congregaron ayer ante el Foro Económico Mundial para exigir su disolución a causa de su "ausencia de legitimidad democrática" del mayor y más importante punto de reunión de la élite política y económica mundial. La policía suiza permaneció vigilante, pero no se produjeron incidentes].

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