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El juez imputa una imprudencia al dueño de una pensión que tuvo un escape de gas

Diego Atienza, de 65 años y dueño de la casa de Arganda del Rey en la que falleció asfixiado por monóxido de carbono un hombre el pasado viernes, fue detenido bajo la acusación de un presunto delito de imprudencia con resultado de muerte, según la Guardia Civil. Sin embargo, la titular del Juzgado número 2 de Arganda, Carmen Laurel, le puso en libertad con cargos tras tomarle declaración el sábado.El cadáver de Alfonso M. B., de 50 años, fue hallado junto al cuerpo inconsciente de su hijo, que sigue ingresado en el hospital Puerta de Hierro, a causa de la inhalación de monóxido de carbono desprendido por la mala combustión de un calentador de agua. Ambos vivían en régimen de alquiler en el segundo piso del número 5 de la calle del Monte Pingarrón, en el barrio de La Poveda, mientras trabajaban en la obras de ampliación de la línea 9 del metro.

La Guardia Civil asegura que detuvo a Atienza el pasado sábado a las diez de la mañana. Sin embargo, la familia mantiene que no fue arrestado: "Tan sólo prestó declaración desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde", indicó la hija de Diego Atienza.

La Policía Judicial de la Guardia Civil mantiene que el monóxido de carbono causó la muerte de Alfonso M.B. Los análisis de sangre efectuados al hijo confirman esta hipótesis policial. Además, la Guardia Civil ha recibido un informe de la compañía Repsol Butano que detalla que la instalación del calentador no estaba legalizada por sus múltiples deficiencias: carecía de las rejillas de ventilación necesarias, los conductos de expulsión de gases estaban totalmente inutilizados y el sensor que regula la mezcla del gas y su acumulación en el calentador estaba desconectado. La Guardia Civil asegura que Diego Atienza, recientemente jubilado, utilizaba la vivienda "como pensión clandestina, ya que carecía de licencias y permisos necesarios para tal uso".

Atienza, triste y algo nervioso, dijo ayer con voz temblorosa: "Ha habido una muerte y alguien tendrá que pagar por ella". Afirma que el calentador era nuevo. "Lo instaló un fontanero en septiembre, y hasta el viernes no había dado ningún problema". El acusado dice que utilizaba la vivienda como pensión desde hace dos meses y cobraba entre 1.000 y 2.000 pesetas por noche.

Atienza, que vive debajo del piso donde ocurrió la tragedia, asegura que cuando sucedió el accidente subió para ver lo ocurrido y que los dos hombres todavía respiraban, pero "el médico tardó".

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