Farnós elude concretar en las Cortes sus planes para La Fe pero niega la futura privatización
Ni se desmantela, ni se privatiza, La Fe va a seguir siendo un hospital de gestión pública. Así lo afirmó ayer el consejero de Sanidad, Joaquín Farnós, quien acusó al PSPV de "montar un sainete" por forzar la convocatoria de un pleno extraordinario para que explicara en las Cortes la remodelación del hospital. En ausencia del presidente de la Generalitat, Farnós se remitió al estudio de la consultora Gemini, y eludió centrarse en La Fe, con continuas alusiones al discurso de la oposición. Mientras, trabajadores del centro se concentraban para denunciar el cierre de camas.
El consejero dijo comparecer "con sumo agrado" para informar de la reforma y modernización del hospital La Fe de Valencia, pero arrancó su discurso acusando a la oposición de "devaluar" las Cortes al solicitar un pleno extraordinario fuera del periodo de sesiones para hablar del buque insignia de la sanidad valenciana. Farnós denunció la "absurda y estúpida campaña política basada en el intento de confundir a los ciudadanos, para hacerles creer que está en riesgo la sanidad pública", antes de avanzar las conclusiones del estudio encargado a la empresa consultora Gemini -un estudio que se centra en el impacto de la apertura del hospital de Alzira sobre el hospital La Fe, del que se destacan sus graves problemas arquitectónicos-. Si en la próxima legislatura gobierna el PP, dijo, La Fe seguirá siendo el hospital de referencia de la Comunidad Valenciana, pero se construirá un edificio nuevo de unos 150.000 metros cuadrados, con un coste cercano a los 20.000 millones de pesetas. Aseguró que "ninguno de los trabajadores de La Fe [ni fijos ni interinos] perderá su puesto de trabajo" y que, gracias al hospital de Alzira, se puede asumir la lista de espera del hospital "este año". Pero el resto de su intervención se basó en una interminable enumeración de "las grandes decisiones" adoptadas por su departamento, con la intención de negar los amagos de desmantelar o privatizar la sanidad pública, de los que le acusa la oposición. Mientras Farnós comparecía en las Cortes, un centenar de trabajadores de La Fe se concentraba en la plaza de la Virgen de Valencia (junto con las asociaciones de vecinos de Torrefiel y Poble Nou), para reivindicar que el hospital siga siendo público y no se reduzcan camas ni se eliminen puestos de trabajo. Precisamente, uno de los argumentos esgrimidos desde la oposición -que calificó de "lamentable y vergonzosa" la ausencia del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, en el pleno extraordinario- fue el anunciado cese de 200 profesionales de La Fe en febrero, así como el cierre de 400 camas, pese a que la Comunidad Valenciana es la que menos camas tiene por cada 1.000 habitantes. No faltaron las alusiones al "fanatismo neoliberal" del Gobierno valenciano, ni al talante "altivo, déspota y ajeno al diálogo" del presidente Zaplana. Farnós eludió comentar la querrella presentada ayer contra él ante el TSJ por el presidente del Colegio Farmacéutico de Castellón. PASA A LA PÁGINA 3
La oposición denuncia la operación "financiera" y "especulativa" que esconde el derribo de La Fe
VIENE DE LA PÁGINA 1 Ni la oposición ni los sindicatos quedaron satisfechos ayer con la explicación ofrecida en la cámara autonómica por el consejero de Sanidad, Joaquín Farnós, sobre la remodelación del hospital La Fe. Ante la propuesta de construir un nuevo edificio en lugar de rehabilitar el actual, PSPV y NE advirtieron de la "operación financiera" y la "especulación con los terrenos" que se esconde tras el derribo del hospital de referencia de la Comunidad Valenciana. Farnós negó que se vaya a imponer el modelo de gestión de Alzira, al que dio un margen de un año para juzgar si funciona o no. El portavoz del Grupo Socialista, Antonio Moreno, acusó a Farnós de "no tener nada más que un estudio" que dice que la estructura del hospital está obsoleta, y lamentó que la remodelación del hospital se plantee sin recurrir al consenso. Moreno aludió al cierre de 400 camas y al cese de 200 trabajadores de La Fe, que Farnós evitó explicar en su comparecencia, aunque no en los pasillos de la cámara: "No es verdad", fue su respuesta, tras reiterar que la plantilla actual "no se tocará". El consejero dijo que el descenso de actividad que se registra en Navidad permite pintar algunas plantas y adaptar los espacios que ya no ocupan los pacientes de la comarca de La Ribera, y cerró el debate sobre el cierre de camas alegando que "hoy ya nadie valora un hospital por el número de camas que tiene". Moreno acusó a Farnós de querer convertir La Fe en un ambulatorio y añadió que si se construye un nuevo edificio saldrán beneficiadas "las empresas que están detrás de usted". El desprestigio, añadió, "es tener a un consejero que dice que lo privado es más barato y que quiere especular con los terrenos". A su juicio, la salud no tiene precio, y "es una desfachatez quererla convertir en mercancía", o "montar un chollo para sus amiguetes" y "tapar el escándalo de sus terrenos de Benicàssim". El portavoz de NE, Pedro Zamora, aludió a la inquietud generada en los trabajadores y usuarios del hospital y se preguntó si se va a tirar el edificio para hacer ganar dinero a las constructoras, tras recordar que la sociedad demanda un centro público. Por su parte, Alfred Botella, de EU, acusó a Farnós de haber entrado en la consejería "como un elefante en una cacharrería". "Acabará siendo el Terminator de la sanidad pública", dijo, tras ironizar sobre la credibilidad que puede tener el consejero al afirmar que La Fe seguirá siendo pública. Poca información Desde UV, Fermín Artagoitia aclaró que su grupo siempre ha defendido la sanidad pública y pidió al consejero que explicara lo que "de verdad" se va a hacer en La Fe, porque no le había quedado claro. "Es fundamental saber a dónde vamos", dijo. Por su parte, el diputado popular Alejandro Font de Mora acusó a la oposición de hacer comparecer a Farnós "para desgastar y erosionar al Gobierno, confundiendo el control con la Inquisición". Tanto el sindicato CC OO como UGT, presentes en la cámara, lamentaron que Farnós no aportara datos concretos sobre la remodelación del hospital y reiteraron que el cierre de camas es un hecho. El portavoz del Sindicato Médico, Antonio Matilla, mostró su desacuerdo con la construcción de un nuevo hospital, "porque no está obsoleto en su totalidad y sigue funcionando bien". La Asociación en Defensa de la Sanidad Pública (Acdesa) agregó: "Tras los antecedentes de incumplimiento de promesas del PP, nos tememos que en el proceso de remodelación de La Fe se ofertará a empresas privadas la provisión de aquellos servicios que les sean rentables".
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