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"La ONU tarda mucho en reaccionar"

A principios de esta semana, la fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI) para la exYugoslavia, Louise Arbour, de 52 años, intentó entrar una vez más en Kosovo para investigar la matanza de 45 civiles en la aldea de Racak. Las autoridades de Belgrado, que no reconocen la competencia de la Corte en lo que consideran un asunto interno, le negaron la entrada bajo el pretexto de que ni ella ni los cuatro investigadores que la acompañaban tenían visado. La canadiense, que tomó posesión de su cargo hace poco más de un año, es muy crítica con la falta de apoyo de la ONU y la OTAN, pero asegura que, con todas las dificultades, llegará al fondo de las investigaciones.

Pregunta. Usted propuso a Milosevic dejar al margen las discusiones sobre la jurisdicción y que le deje entrar en defensa de la verdad. ¿Ha obtenido alguna respuesta?

Respuesta. No. Aunque los esfuerzos diplomáticos continúan, no hemos tenido ningún contacto más, aunque sí se ha conseguido que el embajador William Walker [ jefe de la misión de verificadores de la OSCE] se quede.

P. ¿La revocación de la expulsión es un signo de buena voluntad de Milosevic?

R. Me gustaría poder pensarlo, pero la discusión sobre su permanencia surgió después de la cuestión de Racak y ha costado varios días solucionarlo. Yo creo que este conflicto ha servido para desviar la atención sobre el problema de fondo, que es permitir nuestro acceso. El tiempo corre en contra nuestra.

P. ¿No le crea impotencia la lentitud de la comunidad internacional?

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R. Si entendemos por comunidad internacional los órganos con capacidad de decisión, tardan mucho tiempo en adoptar una posición. En concreto, en el caso del Consejo de Seguridad, uno se desconcierta. Ellos crearon este tribunal, ellos me nombraron, y en la resolución que lo aprobó establecieron que todos los Estados deberían cooperar en su funcionamiento y que el fiscal tenía el derecho y el poder de realizar investigaciones en el lugar de los crímenes. Ha habido ya tres resoluciones pidiéndome que llegue al fondo de este asunto, y, cuando me paran en la frontera, miro a mi alrededor y me pregunto dónde esta el Consejo de Seguridad.

P. ¿Qué posición debería adoptar el Consejo?

R. Mi especialidad es la investigación criminal, su campo es tratar con los Estados que están desafiando sus mandatos. El Consejo de Seguridad es el vigilante de la paz mundial, pero no pienso decirles cómo tienen que hacerlo. Las opciones tradicionales son los esfuerzos diplomáticos, pero también las sanciones y las intervenciones militares.

P. ¿Se justificaría entonces una intervención armada?

R. Cualquier uso de la fuerza es un tema muy delicado, sobre todo cuando hay civiles, pero es una decisión que no es labor mía. Otros tienen que decidirlo, no yo. Lo que yo pido son resultados para poder realizar mi trabajo, y no les voy a decir cómo tienen que hacerlo.

P. Usted ha asegurado que va a llegar al fondo.

R. Claro que deberíamos estar allí hace días. Ahora algunos de los testigos habrán desaparecido, pero ya hemos advertido de que cualquier intento por ocultar pruebas será considerado indicio de culpabilidad. Quienes piensen que así van a hacer imposible el descubrimiento de la verdad pueden olvidarse. Tenemos otros medios, aunque con seguridad tardaremos mucho más y todo será más difícil. Vamos a llegar hasta el fin.

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