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Un tribunal europeo ampara la libertad de 'Le Canard Enchaîné'

Publicó las declaraciones de impuestos del presidente de Peugeot

Por unanimidad de 17 jueces, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó ayer a Francia por haber sancionado a dos periodistas del semanario Le Canard Enchaîné, que publicaron en 1989 fotocopias de las declaraciones de impuestos de Jacques Calvet, en aquel tiempo presidente y director general del grupo automovilístico Peugeot, para probar que se había subido el sueldo un 45,9% en dos años.

Le Canard Enchaîné, el semanario que la clase dirigente francesa espera todos los miércoles con manifiesta aprensión, vuelve a cantar victoria. El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo le dio ayer la razón en una sentencia que consagra el principio de la libertad de expresión y el derecho a informar con veracidad frente a supuestos delitos de "violación del secreto profesional".En su primera sentencia como tribunal de jurisdicción permanente, los 17 jueces europeos condenaron a la justicia francesa por haber sancionado injustamente al entonces director de la publicación, Roger Fressoz, y al redactor Claude Roire. El tribunal ha establecido que se violó el principio de libertad de expresión consagrado en la Convención Europea de los Derechos Humanos de 1950. Además de devolver a los periodistas del Canard las multas de 15.000 francos a que fueron condenados en 1993, el Estado francés tendrá ahora que indemnizarles con 60.000 francos (2,1 millones de pesetas).

La libertad de expresión no abarca sólo el ámbito de "las ideas inofensivas o indiferentes, sino también a aquellas que provocan, chocan o inquietan", sostiene la sentencia, tras proclamar que "la libertad periodística comprende igualmente el recurso posible a una cierta dosis de exageración, incluso de provocación".

Salvo por su desenfadada presentación, no puede decirse que el artículo incurriera siquiera en la exageración; no, al menos, en lo que se refiere a los hechos publicados. Con los titulares: "El señor Calvet mete el turbo a su salario. Sus declaraciones de impuestos son más elocuentes que él mismo. El patrón se ha concedido un aumento del 45,9% en dos años", Le Canard publicó en septiembre de 1989 un largo artículo en el que dio cuenta de que el presidente de Peugeot se había aumentado el sueldo mientras negaba a sus trabajadores un incremento salarial del 1,5%.

La noticia, que ilustraba la adscripción de Jacques Calvet al lema de que "la generosidad bien entendida empieza y termina en uno mismo", fue publicada en el momento en el que 158.000 trabajadores de la Peugeot se encontraban en huelga en demanda de mayores salarios. Como prueba de sus afirmaciones, el Canard publicó las tres últimas declaraciones de impuestos de Calvet.

Secreto profesional

A la denuncia interpuesta por el presidente de la Peugeot se sumó entonces el ministro del Presupuesto que acusó, por su parte, a los periodistas de sendos delitos de sustracción de documentos administrativos y de violación del secreto profesional. Tras la condena en primera instancia y el rechazo de su recurso en el Tribunal de Casación, el Canard optó en 1995 por llevar el asunto al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. Esa instancia acaba de dictaminar que el semanario satírico francés cumplió "de buena fe" con su deber de informar asegurándose de la veracidad de los datos. Y establece que Francia nunca debió condenar a unos periodistas que perseguían sus legítimos objetivos, "habida cuenta del interés de la sociedad democrática en asegurar y mantener la libertad de prensa".En su sentencia, los jueces de Estrasburgo consideran que el artículo incriminado se produjo en el contexto de un conflicto social ampliamente aireado por la prensa y "demostraba que el directivo se había beneficiado de importantes aumentos salariales. Su fin no era el de perjudicar la reputación del señor Calvet, sino, más ampliamente, el de debatir una cuestión de actualidad para el público".

Esta decisión representa un triunfo particular del corrosivo semanario, pero los periodistas de Le Canard proclamaron ayer que también es un triunfo para el conjunto de la prensa francesa que, según afirmó días atrás el director de Le Monde, Jean-Marie Colombani, se encuentra cada vez más amenazada en su independencia. La sentencia del tribunal europeo de Estrasburgo pesará, sin duda, en las diligencias judiciales en marcha contra medios de comunicación y en los proyectos del Ejecutivo francés. Jacques Calvet, cuyas declaraciones de impuestos llegaron de forma "anónima" al semanario -según han afirmado los periodistas que las publicaron- dejó el puesto de mando de la empresa en 1997.

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