La profesora Matilde Marcos dedica un libro a la forma en la que Aurelio Arteta interpretó la figura humana
No es una monografía sobre un pintor, advierte la profesora Matilde Marcos antes de empezar a explicar el contenido del libro que ha dedicado al pintor Aurelio Arteta (Bilbao, 1879-México, 1940). Marcos ha investigado de forma exhaustiva un solo aspecto de la obra de Arteta: la forma en la que trato la figura humana, omnipresente en sus pinturas. "Es un pintor de sólida formación academicista y gran conocimiento del dibujo que, al igual que otros artistas de renombre, no copia la realidad, sino que la interpreta, alterándola intencionalmente para lograr sus fines estéticos", dijo ayer la profesora Marcos en la presentación de su libro Arteta. Estudio de la figura en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, a pocos metros de la exposición antológica del autor que se exhibe en sus salas. Arteta. Estudio de la figura ha sido publicado por el servicio editorial de la Universidad del País Vasco (UPV) con la colaboración de la Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK). Marcos, doctora en Bellas Artes y profesora de Dibujo y Anatomía en la Facultad de Bellas Artes de la UPV, ha basado la obra en su tesis doctoral, leída en 1989. La publicación del libro se ha pospuesto para hacerla coincidir con la exposición de Arteta, que permanecerá en el museo bilbaíno hasta el próximo 15 de marzo. Marcos considera la obra de Arteta, el primer director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, un magnífico ejemplo para analizar la figura humana, no sólo por su dominio técnico del dibujo y conocimientos anatómicos. La autora destaca la importancia del momento histórico en que vivió, en el que al tiempo explotaban las vanguardias artísticas en Europa y cobraba forma en el País Vasco el movimiento nacionalista. Marcos cree que Arteta supo estar en el fiel de la balanza, sin abusar de los rasgos etnicistas ni entrar en estridencias artísticas. "Se mantuvo en las formas tradicionales de la pintura, pero enriqueciéndolas con libertades propias de la modernidad", asegura. El resultado es un libro con pretensiones básicamente didácticas. Las figuras humanas más significativas de la obra de Arteta han sido confrontadas con un dibujo que analiza su morfología real, de forma que quedan patentes los contrastes en la interpretación del cuerpo. El recorrido por los hábitos, los recursos interpretativos y las libertades de la madurez de Arteta, se completan en la obra con ejemplos sobre el tratamiento de la figura humana en la pintura de artistas como Velázquez, Rubens o Boucher.
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