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España pone en venta la siesta

Una cadena de masajes ofrece por 1.000 pesetas un breve sueño de relajación para personas con estrés

La siesta ya se puede comprar. Un empresa barcelonesa oferta en su cadena de establecimientos de salud y belleza la posibilidad de dormir en sus instalaciones después de un breve masaje antiestrés por 1.000 pesetas.Los científicos ya hace tiempo que han demostrado que la siesta es saludable porque es una necesidad biológica. "El cerebro pide desconectar dos veces al día, por la noche y entre dos y cuatro de la tarde", ilustra el doctor Eduard Estivill, jefe de la Unidad de Trastornos del Sueño del Instituto Dexeus. Sin embargo, el ritmo de vida moderna hace que sólo el 20% de los españoles la practique de forma regular.

El empresario Federico Busquets, propietario de la franquicia que opera bajo el nombre de Masajes a 1.000, explica cómo se le encendió la bombilla: "Observé que a la hora de comer muchas personas, gente incluso con traje, maldormía en el coche leyendo el diario, esperando para volver a la oficina". Busquets, cuyo negocio se basa en los masajes rápidos antifatiga, pensó en sus tiendas como islas urbanas de relajación para aquellas personas a las que las prisas del trabajo les impiden dormir la siesta en casa.

Esta cadena tiene 18 tiendas a pie de calle en Barcelona y ahora acaba de abrir otra en Madrid. Según Busquets, en sus establecimientos se suelen dar unos 400 masajes diarios contra el estrés y la fatiga, aparte de depilaciones, manicuras y bronceados de rayos UVA. En los próximos meses abrirá tiendas en Bilbao, Valencia, Zaragoza y Palma de Mallorca.

Y todo acompaña para que el sueño se cumpla. El masaje, habitualmente de entre cinco y diez minutos, se realiza en una silla especial (ergonómica), en la que el cliente se coloca en una posición semifetal y sin tocar el suelo, lo que permite de entrada un gran alivio muscular. La decoración del local invita a olvidar los problemas cotidianos: luz tenue, temperatura cálida y música suave especial para la relajación. Las manos del masajista hacen el resto. Primero unas caricias neurosedantes sobre la cabeza, luego el cuello, la espalda... "El cliente se queda traspuesto y le cubrimos con una manta para que esté más a gusto", cuenta el masajista Miguel Lozano.

Al especialista en trastornos del sueño Eduard Estivill le parece que el asunto de vender la siesta es una gran idea. Pero advierte: "Jamás debe de utilizarse para recuperar las horas perdidas en el descanso nocturno". Estevill recomienda que el sueño de tarde sea breve, máximo de 20 minutos, y que se haga en el propio sofá de casa. "Si se duerme más tiempo, se corre el riego de despertar de mal humor. Basta con descansar un rato para afrontar el resto del día con más energías", apunta.

La cultura anglosajona, acostumbrada a combatir la somnolencia de mediodía con bebidas estimulantes como el café o el te, empezó a interesarse por esta costumbre mediterránea desde el momento en que sus científicos descubrieron los beneficios de la siesta. Fue en 1986 cuando el científico americano Scott Campbell publicó la primera prueba de esta necesidad biológica. Estudios posteriores hablan de sus efectos preventivos contra enfermedades cardiovasculares. Ahora, España toma la delantera abriendo el gran negocio de la siesta. ¿Quién la quiere comprar?

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