Cómo se fabrica un "insolvente"
El instructor del caso por delito fiscal, Luís María Díaz Varcárcel, impuso a Estevill una fianza de responsabilidad civil de 550 millones por sus supuestos delitos fiscales (julio de 1997).Estevill se zafó argumentando que no disponía de bienes para cubrir esta fianza. Por ello, la justicia decretó el embargo de sus bienes y se encontró con la sorpresa de que sus florecientes cuentas apenas tenían unos miles de pesetas y que los inmuebles de su patrimonio ya no estaban a su nombre. Esa "insolvencia" de conveniencia para constituir los fondos con los que reparar su delito contra la Hacienda Pública no fue un obstáculo para que Estevill consiguiera aportar 100 millones para obtener su libertad condicional en sólo 24 horas.
De ahí que hace meses que la fiscalía baraja la posibilidad de presentar una nueva querella contra él, esta vez por alzamiento de bienes. Sin descartar que ésta sea presentada por la acusación particular.
En noviembre de 1996, tras la condena del Supremo, Estevill vendió su finca de la calle de Bailén de Barcelona por 140 millones. Ese dinero se volatiliza, excepto 11 millones que se aplicaron a pagos de una condena previa que le había impuesto el Supremo, y otros 10 millones con los que se afirma haber pagado un crédito a Eduardo Bueno.
El inmueble fue adquirido por la sociedad Loufa, que constituyó una hipoteca sobre la finca de 207 millones. Loufa lo vendió, piso a piso, y seis meses después había obtenido 260 millones, según el valor escriturado por la venta, que incluso pudo ser mayor.
Algo parecido ocurrió con una finca en la calle de Muntaner, 514, de Barcelona, de la que era copropietario al 50%. En este caso, la operación fue más compleja. Estevill regaló dos pisos a sus hijas y su participación en el inmueble a la sociedad patrimonial de la familia, Lafoya, en la que ahora ya no es accionista.
La maniobra tenía por objeto situar esta propiedad fuera del embargo. Este hecho también puede dar origen a otra querella.
