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La policía británica garantiza que no detendrá a la pareja huida con dos niñas

Isabel Ferrer

Los servicios sociales de Cambridge (Reino Unido) han decidido dar una segunda oportunidad al matrimonio formado por Jeff -empleado de correos- y Jennifer Bramley -ama de casa-, desaparecido desde hace cuatro meses con dos hermanas de tres y cinco años que tenían en acogida y cuya adopción les fue rechazada. Liz Railton, directora regional de la organización, ha anunciado que elevará el caso ante los tribunales para que éstos decidan el futuro de las pequeñas Jade y Hannah. La pareja huida había pedido que una instancia independiente revisara la negativa a cedérselas sólo porque eran "demasiado estrictos" con las niñas. Para facilitar las cosas, la policía ha garantizado que no habrá detenciones ni demandas si las pequeñas regresan sanas y salvas. "Los jueces podrán oír a ambas partes y Jade y Hannah saldrán beneficiadas. Si los Bramley vuelven de buen grado, tampoco nos opondremos a que soliciten de nuevo su adopción", ha señalado Railton en una carta dirigida al matrimonio a título personal. Aunque la organización social que representa niega haber dado marcha atrás, la oferta llega después de que la fuga se convirtiera en un asunto de interés nacional. El matrimonio Bramley tenía acogidas a Jade y Hannah desde marzo pasado. Cuando la adopción era casi un hecho, fueron rechazados por ser demasiado severos con ellas. Su marcha y el hecho de que la madre biológica de ambas, Jackie Bennett, los apoyara ha forzado a Cambridge a modificar su postura. Bennett que las cedió por sus problemas de drogodependencia y alcoholismo, ha consultado a un abogado para pedir también a los jueces una solución. La nota remitida el miércoles a la prensa por los Bramley, en la que pedían apoyo popular y comprensión, ha puesto asimismo en un aprieto a los servicios sociales. Para no ser tachados de institución inflexible, han optado por allanar la vuelta de los fugitivos.Sin derecho a apelar

Expertos británicos en derechos del menor han advertido que este caso no debería convertirse en un ejemplo para otras parejas con dificultades a la hora de adoptar. La huida de la familia Bramley sí ha mostrado, reconocen, el rostro menos amable de los servicios sociales. Que los solicitantes no puedan apelar cuando son rechazados aparece ahora como una limitación más que una facultad ejercida por los asistentes. En Cambridge, sus representantes aseguran que no han dado marcha atrás. Sólo buscan una solución pensando en el futuro de las dos niñas El equipo de Railton fue muy criticado el pasado año, tras la muerte de un niño que estaba a su cargo, en extrañas circunstancias. Cuando el cadáver del pequeño apareció en una casa abandonada, todos los jefes de la zona de los servicios sociales pidieron disculpas. Hay quien sugiere que la firmeza actual se debe al temor de una nueva tragedia.

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