Fraude en la Lotto italiana

La suerte, sobre todo si se mide en millones contantes y sonantes, es una cosa demasiado seria como para dejarla en manos del azar. Ésta era la máxima de un grupo de estafadores, que, en combinación con funcionarios del Ministerio de Finanzas italiano, han venido amañando durante ocho años la operación de extracción de los números de la Lotto (la lotería con más éxito en Italia) en Milán. Durante todo ese tiempo, el área de la capital lombarda se ha visto favorecida con una lluvia de premios tan constante como para despertar las sospechas de los organizadores del juego y de algún que otro adicto y puntilloso jugador. Finalmente, y gracias a la denuncia de la esposa de un funcionario de la Intendencia de Finanzas, la fiscalía de Monza (una pequeña localidad del interior de la provincia de Milán) procedió a detener a los nueve implicados en el fraude. Seis de los arrestados lo fueron en diciembre y los tres restantes hace un par de días. Entre ellos figuran, al menos, tres funcionarios de la Intendencia de Finanzas. De los demás sólo se sabe que uno de ellos es una mujer y otro un guardia municipal.El caso, pese a las detenciones, está lejos de resultar completamente claro. De acuerdo con los escasos datos de la investigación recogidos por la prensa italiana, la idea de la estafa se fraguó hace no menos de ocho años, entre un grupo de sujetos presuntamente ligados a las mafias de la Puglia (en el sur del país) y una serie de funcionarios de Finanzas con acceso a la organización del juego. Tres de los detenidos proceden de la ciudad sureña de Bari y otros tres del área de Milán. Un perfecto ejemplo de cooperación norte-sur que se ha saldado con una estafa de miles de millones de liras al Estado, que se embolsa aproximadamente la mitad de los ingresos procedentes de la lotería -la Lotto está gestionada por la empresa privada Sisal-, pero, sobre todo, a los italianos de a pie, que el año pasado gastaron en loterías varias la fabulosa cifra de 2,5 billones de pesetas. El procedimiento del engaño no podía ser más simple. La extracción de los números se hace simultáneamente en las 10 principales capitales italianas, y hasta el pasado verano, cuando el procedimiento fue automatizado por completo, tan delicada misión estaba encomendada a inocentes manos infantiles. Niños que eran normalmente hijos o sobrinos de los funcionarios de Finanzas se encargaban de sacar las bolas.

En el caso de Milán, los niños eran advertidos de que debían extraer las bolas de superficie más lisa, todas ellas con números previamente conocidos por la banda de estafadores, un procedimiento infalible para obtener millones de liras en premios. Las cifras ganadas no solían ser excesivamente abultadas, pero, al menos una vez hace dos años, consiguieron en Brescia hacerse con un premio de 8.000 millones de liras gracias a este procedimiento de suerte inducida. Para hacerse una idea del escándalo que ha provocado la estafa, baste imaginarse un caso similar en España con los niños de San Ildefonso como víctimas.

Los fiscales de Monza Walter Mapelli y Salvatore Bellomo comenzaron hace tres meses la investigación sobre la base de las averiguaciones hechas por la policía de Cinisello Balsamo, una pequeña localidad de la provincia de Milán, alertada a su vez por la denuncia de la esposa de un funcionario chantajeado por los jugadores tramposos. No satisfechos con los premios obtenidos en ocho años de estafas, los jugadores de ventaja venían presionando al principal contacto en la intendencia de Finanzas, trasladado abruptamente a la oficina del IVA en Monza, para que encontrara un sustituto capaz de mantener el montaje tramposo de la Lotto de Milán. El efecto logrado fue el contrario. Harta de recibir llamadas amenazadoras y de soportar la presión del chantaje, la consorte del funcionario se decidió a contarle todo a la policía en noviembre pasado. Un mes después estaban los seis estafadores en la cárcel, bajo la acusación de intento de extorsión de grandes sumas de dinero a un ex funcionario de intendencia de las Finanzas de Milán.

Anteayer les llegó la hora a los funcionarios cómplices, contra los que la fiscalía milanesa ha formulado una acusación mucho más grave, asociación para delinquir con fines de estafa y abuso de poder. De momento, una parte del botín de estos años de juego amañado ha sido requisada y ha pasado a ser testigo de la acusación. Sólo falta conocer ahora el cargo exacto de los funcionarios implicados y el monto total de la fortuna amasada con tan ingenioso procedimiento.