Gil recibe un trato diferenciado de otros reclusos en el hospital, donde dispone de guardaespaldas propios
Jesús Gil, alcalde de Marbella y presidente del Atlético de Madrid, no es un paciente más en el hospital Clínico de Málaga. Fuentes del Servicio Andaluz de Salud reconocieron ayer que el alcalde ha tenido un trato "distinto, aunque no privilegiado" del resto de los enfermos, y lo explicaron por dos razones: su notoriedad pública y la necesidad de apartarlo de los demás pacientes para que no alterara la normalidad hospitalaria.La atención ha sido especial desde el mismo momento del ingreso hospitalario la madrugada del lunes. Fuentes médicas admitieron que con su mismo cuadro de arritmia e hipertensión, a otra persona "casi seguro" se le habría dado el alta en 24 horas. El alcalde de Marbella, contra el que el juez Santiago Torres ha dictado orden de prisión incondicional, está rodeado de guardaespaldas, familiares y abogados, cuando sólo se permiten dos personas por paciente; y no ingresó en el módulo especial para presos, sino en una habitación individual. Las fuentes consultadas justificaron esta última decisión en que en el módulo de vigilancia había un recluso con tuberculosis, enfermedad contagiosa, y en que así se preservó la normalidad en el resto de la planta. Pero es más, Gil no está custodiado sólamente por dos policías nacionales, como es lo habitual, sino por sus hombres de confianza.
La agencia Efe informó ayer que el equipo médico ha recibido "enormes presiones para que el alcalde no fuera dado de alta y tuviera que volver a la prisión". Las fuentes sanitarias consultadas por EL PAÍS admitieron que la familia hizo "insinuaciones" a los facultativos para que se quedara más tiempo. Y es que una estancia más prolongada no sólo garantiza un mayor control de su enfermedad, sino que refuerza la tesis de sus letrados en favor de un arresto domiciliario por razones de salud. Las mismas fuentes reconocieron que cuando ingresó en el hospital "es verdad que tenía la patología, pero le ha venido bien, está asesorado y la está utilizando. Pero su situación clínica es muy aceptable. Tiene hipertensión y arritmia, pero esa arritmia la tiene desde hace ocho años y se trata con un fármaco". Gil podría recibir hoy el alta médica, tras haber sido sometido en las últimas horas a nuevas pruebas.
UGT y CCOO, por su parte, dijeron no tener constancia de presiones ni de una supuesta atención privilegiada. Para arrojar luz sobre el asunto, el grupo parlamentario de Izquierda Unida presentará una pregunta ante la Comisión de Justicia e Interior del Congreso. La coalición pretende conocer si hubo trato de favor, tanto en la prisión como en el hospital. El diputado de IU por Málaga, José Luis Centella, recordó que Gil accedió a la cárcel con un teléfono móvil y haciendo declaraciones a los medios de comunicación. "Además, nos parece excesivo que el hospital esté lleno de escoltas de Gil", añadió .
Los concejales del Grupo Independiente Liberal (GIL) de Marbella no están dispuestos a ceder en sus protestas. Medio centenar de personas se concentraron ante los juzgados de la localidad malagueña para manifestar su apoyo a Gil. El alcalde accidental, Julián Muñoz, anunció que estas concentraciones se repetirán cada día "hasta que sea puesto en libertad", informa Meme del Río. Mientras, a Gil se le abren nuevos frentes judiciales. El juzgado de instrucción número 4 de Marbella decretó el embargo de bienes de la sociedad municipal Contratas 2000 por una deuda de 350 millones de pesetas con la empresa Viveros Polo SAL.
El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Javier Delgado, expresó en Sevilla su respeto a la decisión del magistrado Santiago Torres de decretar la prisión incondicional de Gil. "No tengo ninguna facultad para decirle a un juez lo que debe hacer o no, simplemente el Consejo está para garantizar la independencia de jueces", explicó.
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