Los 50 suramericanos

Los 50 estudiantes suramericanos que se especializan, estudian masters y realizan su doctorado en la Universidad de Alicante, la mayor parte becados, no se conocían entre sí hasta ayer, cuando el Secretariado de Relaciones con América Latina organizó un acto de hermanamiento. Mientras tomaban un aperitivo, ciudadanos de casi todos los países suramericanos intercambiaron impresiones sobre su estancia en España. Era el caso de los peruanos Neil Vega, Jesús Américo Cjuno y Jorge Guillén, que charlaban en corro, divertidos porque cada uno de ellos procedía de una zona geográfica de su país: Vega de la selva, Cjuno del centro y Guillén de la costa. Los tres realizan su doctorado en Ciencias Económicas y destacan el enriquecimiento personal que les ha supuesto estudiar en Alicante, aunque Cjuno, que a punto de culminar su tesis doctoral tras dos años en Sant Vicent es el más veterano de los tres, considera que la formación académica no ha estado a la altura de sus expectativas. Salvo una decena de estudiantes que han recalado en el campus atraídos por el creciente prestigio internacional de la institución y se costean sus estudios, el resto han podido viajar a Europa gracias a becas de la Universidad y de entidades bancarias. Estas becas nacieron hace tres años con el objetivo de facilitar la especialización de los licenciados universitarios latinoamericanos con menores posibilidades económicas. "En los estados iberoamericanos pasan dos cosas: los que son ricos se van al norte y hacen el doctorado en inglés. Los que no, prefieren hacerlo en Europa a través de estas becas", señaló el director del Secretariado de Relaciones con América Latina, José Carlos Rovira. La promoción de estas becas comenzó con viajes de responsables del campus a universidades suramericanas. Las ayudas se conceden para proyectos relacionados con la cooperación. Por ello los becarios, al finalizar sus estudios, están obligados a regresar para trabajar durante dos años en sus países de origen. Los 50 estudiantes suramericanos desarrollan sus estudios en economía, ciencia, ecología y medio ambiente. Asimismo, hay alumnos en dos masters, uno sobre patentes y otro sobre gestión educacional que se organiza junto a la Universidad de Bath (Reino Unido), y en el que sólo participan estudiantes latinoamericanos. Para comenzarlo llegaron el sábado la mexicana Alba Herrera y la peruana Gisela Abanto, que se deshicieron en halagos a la Universidad. Según Herrera, cirujana dental y profesora en una universidad mexicana, "el sistema educativo en América Latina está cada vez peor, ya que los países recortan sus presupuestos para educación para pagar su deuda externa". También se mostró reivindicativo Vega: "Que los países latinoamericanos aboguen por aunar políticas económicas es positivo, pero lo realmente necesario es el conocimiento cultural, y creo que estas becas sirven para unir nuestras culturas". El encuentro de ayer es el primero de una serie de reuniones encaminadas a tender puentes entre las diferentes líneas de investigación, pero también servirá para fomentar la amistad. Números de teléfono pronunciados con sabor a pampa y selva amazónica sobrevolaban ayer la mesa llena de aceitunas y empanadillas.