El Gobierno navarro prevé una inversión de 38.000 millones para desarrollar viviendas bioclimáticas

Ganada la batalla de la implantación eólica, el Gobierno de Navarra se prepara para impulsar decididamente la arquitectura bioclimática. El Ejecutivo foral aprobó ayer un Plan de viviendas bioclimáticas que prevé aglutinar una inversión de 38.000 millones de pesetas en el periodo 1999-2002 en la construcción de 950 viviendas cerca de Pamplona. Los nuevos edificios estarán construidos con materiales inocuos para la salud, se utilizarán al máximo las energías renovables y se propiciará el ahorro energético y la limitación de la emisión de residuos.

La consejera de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina, señaló que el proyecto de ciudad bioclimática de Zolina, junto a Pamplona, será el bastión esencial del plan. Para este proyecto se prevé invertir 25.000 millones en la construcción de 950 viviendas de protección oficial y tasación libre que comenzarán a construirse este mismo año y que se caracterizarán por su total autosuficiencia energética, procedente de fuentes renovables, fundamentalmente energía eólica y sistemas de aprovechamiento solar. El plan aprobado ayer arropa una iniciativa aislada que despertó en su origen un cierto recelo por su vinculación a una iniciativa empresarial especializada en la producción de energías renovables y que acaba de ser objeto de un plan de incidencia supramunicipal, ya que ocupará terrenos de los municipios de Aranguren y Egüés. Barcina señaló ayer que los parámetros de construcción bioclimática no se circunscribirán al experimento de Zolina, sino que dispondrán de otros 13.000 millones de pesetas en el periodo 1999-2002 para su desarrollo en otros puntos de Navarra. De momento, el Departamento de Vivienda ya planea sacar a concurso público suelos del polígono de Sarriguren, de 3.600 viviendas, destinados específicamente a proyectos de arquitectura bioclimática. Este polígono permitirá la expansión de Pamplona en el próximo decenio. El Gobierno está elaborando baremos específicos para estas iniciativas y, según señaló Barcina, el objetivo es que "en dos o tres años" la aplicación de medidas bioclimáticas "sea una referencia obligada" en cada planeamiento urbanístico. El plan responde también a un mandato parlamentario, posterior al anuncio de impulsar la construcción de Zolina. La construcción bioclimática está obteniendo ahorros del 30% al 50% en el consumo eléctrico para agua caliente; del 15% al 30% por la acción combinada de medidas pasivas y activas en calefacciones y un descenso del 15% al 30% en agua potable por el uso de aparatos sanitarios de bajo consumo.