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La Generalitat iniciará una ofensiva política para asumir la gestión de los aeropuertos

La Generalitat se ha fijado el final de la legislatura catalana como fecha límite para asumir la gestión de los aeropuertos. Para ello, Convergència i Unió (CiU) iniciará una ofensiva política con el fin de que el Gobierno central le traspase esta competencia, ahora en manos de AENA. Así lo manifestó ayer el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en la localidad de Reus, tras pronunciar una conferencia sobre la actual coyuntura económica de España y de Tarragona. Unió de Pagesos le recriminó públicamente que no mencionara la problemática agraria.

Jordi Pujol inauguró una serie de conferencias que impartirán los principales líderes políticos catalanes, organizadas por el Centro Internacional de Negocios de Reus (Redessa), una empresa pública destinada a la captación de industrias para la capital del Baix Camp. El presidente catalán expuso en su conferencia la necesidad de que la Generalitat gestione los aeropuertos catalanes, principalmente los de Barcelona, Girona y Reus, con el objetivo de mejorar su funcionamiento y adaptarlos a las necesidades territoriales. Jordi Pujol puso como ejemplo la labor realizada por la Generalitat desde que ha asumido la gestión de los puertos de Tarragona y Barcelona, que a su juicio ha sido óptima. Con el fin de conseguir este objetivo, la Generalitat desarrollará diversas iniciativas políticas para que el Gobierno central traspase a Cataluña estas competencias antes del final de la legislatura catalana, es decir, para el próximo mes de octubre. "No es algo extraordinario", precisó, "pues en el resto de Europa la gestión de los aeropuertos está en muchas manos, por ejemplo locales, de las propias cámaras de comercio, regionales e incluso privadas". Situación económica Jordi Pujol, visiblemente a gusto en su papel de conferenciante, se explayó durante más de una hora en una conferencia jalonada de las aportaciones realizadas por Convergència i Unió a la mejora de la situación económica española. Unas aportaciones que, a su entender, han sido decisivas para la bajada de los tipos de interés y para la entrada en la moneda única europea. Pero el presidente catalán, que al principio había advertido de que no venía a dar a conocer su programa electoral, consumió la mayor parte de su tiempo en aleccionar a los empresarios presentes sobre cómo aprovechar la excelente coyuntura económica, los logros cosechados por la Generalitat de Cataluña y las reivindicaciones políticas de Convergència i Unió como un nuevo sistema de financiación. A su entender, una de las razones por las que Cataluña ha atraído inversión extranjera ha sido por la pacífica convivencia de sus ciudadanos y la cohesión como país. Pujol manifestó además que también han sido determinantes las excelentes infraestructuras, a pesar de la discriminación que a su juicio ha sufrido Cataluña por parte de algunos Gobiernos centrales. Sin embargo, en todo su discurso no habló ni un solo momento sobre la situación agraria catalana, ni tan solo de las industrias de la alimentación, en una comarca con un alto PIB agrario (concentra la mayor producción de frutos secos de Cataluña) y en una ciudad donde se ubica la más importante empresa de este sector de España, Borges. En el turno de preguntas, Josep Suñé, líder provincial de Unió de Pagesos, le echó en cara públicamente a Pujol que no hablara de la política agraria, de los regadíos o de la necesidad de aprobar una ley marco del sector. El presidente catalán le respondió que el Departamento de Agricultura había aumentado considerablemente su presupuesto para este año y le espetó que es tan importante la agricultura como la ganadería. El líder de CiU señaló como uno de los retos de Cataluña para los próximos años el incremento de la fuerza financiera y de la capacidad inversora de las empresas catalanas, algo que no ha sido posible hasta ahora por la gran dispersión empresarial. La necesidad de mejorar el sistema de financiación económica, de seguir influyendo en la política española e internacionalizar al máximo la economía catalana son tres de los puntos que Pujol destacó como prioridades de la Generalitat para garantizar en el futuro la actual buena marcha de la economía catalana y española. "De no ser así podemos poner en peligro tres cosas: la autonomía, la propia identidad del país, perder competitividad, y que los niveles del Estado del bienestar se vean afectados", dijo Pujol. Respecto a la polémica de los peajes de las autopistas catalanas, Pujol reiteró que la actual coyuntura hace imposible su eliminación, pero aseguró que el grupo parlamentario catalán piensa pedir al Gobierno central que los impuestos que pagan las concesionarias reviertan en una política de "peajes blandos" para los usuarios.

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