Il Giardino Armonico muestra en España su fidelidad al barroco
El grupo milanés actúa en Bilbao y Valencia
Giovanni Antonini y Luca Pianca, dos músicos italianos subyugados por el barroco, estaban hartos de lo políticamente correcto que sonaba Vivaldi en los hilos musicales de los ascensores de los grandes almacenes y de los restaurantes. Quizás por eso -por las ganas de hacer un Vivaldi más dramático, más tenso, más auténtico, dicen- pero, sobre todo, por su amor a la música de ese periodo, fundaron el grupo musical milanés Il Giardino Armonico.
Este grupo musical cultiva con éxito la época barroca y ofrece en la actualidad algunas de las interpretaciones más interesantes de los compositores que hicieron de ese tiempo uno de los más ricos y originales de la historia de la música. Están de gira durante estos días por España. Hoy tocan en Bilbao, mañana en Valencia y el sábado pasado lo hicieron en el Auditorio Nacional de Madrid, con un programa de Monteverdi -"el más grande de los barrocos junto a Bach", dice Antonini-, Vivaldi, Scarlatti y Haendel.Pianca y Antonini son las cabezas visibles de Il Giardino Armonico. El primero tiene 40 años y es más dicharachero. Antonini es un joven de 33 años, más comedido en sus juicios, que se parece a Johan Cruyff y que pertenece, desde que contaba los 20 años de edad, al grupo del que se ha convertido en uno de sus líderes. Al principio sólo tocaba música italiana, pero, más tarde, dice Pianca, "empezamos a meternos con otros compositores ya que un grupo de música barroca, si quiere llegar a algo, no puede prescindir de Bach y Haendel, sobre todo, pero tampoco de Telemann o Purcell".
Nuevo disco
Ni tampoco del músico bohemio Heinrich Ignaz Franz von Biber o del inglés Matthew Locke, de los que acaban de grabar un disco con piezas de contenido dramático y teatral, como Battalia, del primero, o La tempestad, del segundo, una obra compuesta para poner música al texto de William Shakespeare en 1674, a modo de banda sonora. "Biber es un músico muy interesante, que si ahora se está interpretando mucho es por el tipo de obras de mestizaje que hacía. Viajaba a menudo, era un gran violinista y de todos sitios llevaba ideas a la Corte imperial vienesa", asegura Pianca. Los miembros de Il Giardino Armonico interpretan con instrumentos de época sus piezas y ese gusto por la vuelta radical al pasado les parece "moderno", de hecho, aunque pueda resultar una paradoja. "Es moderno porque para el público de ahora resulta una novedad escuchar instrumentos que se han empezado a recuperar en los grandes escenarios hace 20 años y de los que se desconocía el sonido, incluso nosotros no tenemos la certeza de que sonaran exactamente igual", confiesan, "pero es una manera de intentar ser fieles a lo que querían hacer".
Y es una manera también de demostrar su atrevimiento porque hay lugares en los que todavía no se les acepta bien. Aunque es innegable que el grupo italiano cuenta con un público fiel en toda Europa, en Estados Unidos y en Canadá, donde actúan con frecuencia.
Obras cortas
Una de las claves de su éxito quizás se deba al gusto que existe hoy por la música barroca entre amplios sectores de aficionados, algo que Pianca sabe explicar muy bien. "A la gente le gusta porque en su mayoría son obras cortas, piezas y movimientos de cuatro o cinco minutos, como una canción moderna, que no requieren mucho tiempo de concentración para ser escuchadas". Lo dice el miembro de un grupo que ha sido definido como "los hijos más salvajes de Nikolaus Harnoncourt", uno de los directores que ha encabezado la fidelidad radical a las interpretaciones con instrumentos de época. Y Harnoncourt para ellos es un ejemplo a seguir, lo mismo que lo era el gran Toscanini, quizás el director más importante del siglo, en una profesión en la que, según Pianca, "cada vez existen menos figuras con calidad musical". "Para ser director de orquesta hoy es más importante el carisma y tener buena presencia", añade.
Babelia
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