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Sólo tres de los 40 certámenes anuales de la Feria de Valencia los organiza el sector privado. Los responsables de la Feria de Valencia descartan su privatización

Cristina Vázquez

Feria de Valencia no privatizará la organización de certámenes ni renunciará a su titularidad pública. El plan de cooperación de la institución, confeccionado a partir de una encuesta, ni siquiera menciona esta posibilidad a pesar de que la tendencia en Europa apunta hacia todo lo contrario. Cerca de la mitad de las instituciones feriales de Europa son de carácter privado frente a una cuarta parte que no tienen ánimo de lucro. Es el caso de Feria de Valencia, donde sólo tres certámenes de los 40 del calendario anual, un 8%, son organizados por la iniciativa privada. "La privatización es inviable en Valencia", concluyen los responsables de Feria de Valencia, institución oficial, de utilidad pública y sin ánimo de lucro. La globalización y la competencia exigen ferias cada vez más especializadas. "El interés de una feria radica en darle al expositor los visitantes profesionales más adecuados", explica el delegado en España de Krausse, Vicente Rodríguez. Esta multinacional, especializada en ferias de telecomunicaciones, celebrará este año, por primera vez en España, Expocom, que Krausse organiza 15 veces al año en distintos países del mundo. "El expositor paga precios más altos (que en las ferias tradicionales), pero tiene los profesionales que le interesan", insiste. Otro modelo sería el implantado en París, donde sus dos instituciones feriales (París expo y París-Nord) son contenedores, es decir, alquilan sus instalaciones a los organizadores privados. "No es ése el modelo de Valencia", subrayan sus gestores. De hecho, la encuesta encargada por Feria de Valencia no menciona siquiera esta posibilidad. Las cifras corroboran esta intención. Entre los 40 certámenes anuales, sólo son organizadas por empresas privadas el Salón del Caravaning, con 24 expositores, la Feria del Sky y la Feria de Servicios y Preparativos para Bodas (Miboda).Estos certámenes ocupan 10.000 de los 180.000 metros cuadrados de superficie cubierta con que cuenta Feria de Valencia. Atraen a 200 de los 10.000 expositores y reciben a 25.000 del 1.400.000 visitantes que desfilan cada año por el recinto valenciano. Son ferias no profesionales, concebidas para el público en general, que accede al interior previo pago de la entrada, que en Valencia oscila entre las 500 y las 2.500 pesetas. La última iniciativa en este sentido la ha planteado un ciudadano suizo que proyecta concentrar en Feria de Valencia la oferta dirigida al público infantil. Pero, como declara un alto cargo ferial, "no es un tema cerrado". La dirección ofertó a la multinacional Krausse la posibilidad de organizar Expocom en Valencia, coincidiendo con el certamen Comunica, pero la multinacional prefirió Madrid, entre otras cuestiones, por su condición de capitalidad. Otro ejemplo de especialización ferial en España es Alimentaria, que organiza otra multinacional, (Miller Freeman), en la Fira de Barcelona. En la Asociación de Ferias Españolas (AFE) se experimentan los primeros cambios, pero la Feria de Valencia descarta de momento sumarse a la privatización. Casi todos los recintos asociados son de naturaleza pública, pero AFE ha dado la bienvenida a tres sociedades privadas especializadas en la organización de ferias. Son (Miller Freeman), Progourmet y Paco Flaqué. "El sector está sensibilizado con la apertura hacia lo privado", declara el secretario de la asociación, Higinio Marcos. "Es como si tienes un restaurante y lo subcontratas con una empresa de restauración colectiva", compara Marcos. Otra cosa es la propiedad. "Hasta hace poco era necesario disponer de un maravilloso recinto ferial. Hoy no vale si no hay un entorno adecuado", continua el portavoz de AFE. La situación en Europa es de constante cambio. Sólo una cuarta parte de las instituciones feriales no persiguen el lucro y cerca de la mitad son empresas privadas. A pesar de los cambios pocas o ninguna han cambiado su naturaleza jurídica para adaptarse a las privatizaciones. La práctica totalidad son propietarios y organizadores a la vez de sus ferias. Sólo las ferias parisinas actúan como contenedores. En un análisis de la situación española, el delegado de Krausse, Vicente Rodríguez, aconseja más competencia entre recintos. "Esto obligaría a las ferias tradicionales a ofrecer servicios más adecuados a sus clientes". Las ferias españolas pierden poco a poco el ingrediente internacional de antaño. "Son el farolillo rojo de las ferias europeas", subraya Rodríguez. Krausse negoció hace unos meses con Ifema la celebración en el recinto de Juan Carlos I de Expocom, pero las conversaciones fracasaron. "El interés de una feria como la nuestra", describe Rodríguez, "radica en proporcionarle los compradores adecuados al expositor. Lógicamente, esto se paga. Mientras los organizadores de la Simo cobran 15.000 pesetas por metro cuadrado de alquiler; nuestra tarifa es el doble". Rodríguez atribuyó el fracaso con Ifema a que Simo les consideró competencia. Según el delegado de Krausse, los organizadores de ferias comerciales deben estar donde dicte la demanda. La patronal azulejera Ascer, con sede en Castellón, así lo ha entendido y está en conversaciones con otros certámenes de su especialidad para coordinar las fechas de celebración de la Feria Internacional de la Cerámica de Valencia.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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