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El ex comunista D'Alema se declara conmovido tras su primera reunión privada con Juan Pablo II

Massimo D'Alema estaba ayer "emocionado". Su visita al Vaticano, la primera del nuevo primer ministro italiano, se saldó con un breve coloquio de 25 minutos con el papa Juan Pablo II y una más extensa charla con el secretario de Estado vaticano, Angelo Sodano. En esta última entrevista se abordaron algunos de los temas que se han convertido en caballo de batalla de la Iglesia católica italiana, como la financiación a las escuelas no estatales (léase católicas), prohibida por la Constitución, y la necesidad de clarificar el Concordato que rige entre Italia y la Santa Sede.

El riguroso ceremonial y la imponente solemnidad de los aposentos vaticanos contribuyeron a alterar los nervios de D'Alema, que se confesó extremadamente tenso y emocionado en el momento de atravesar la puerta de la biblioteca privada del Papa, donde estuvo 25 minutos con el Pontífice. Karol Wojtyla le recibió con un "Buenos días, señor primer ministro". Al término de esta breve entrevista, la esposa de D'Alema, Linda Giuva, y los dos hijos del matrimonio, Giulia y Francesco, se sumaron también a la entrevista. "Al principio estaba muy emocionado", precisó después el primer ministro, un ateo declarado, "pero enseguida la gran humanidad de Juan Pablo II me ha ayudado a superar la tensión". Además de la familia, a D'Alema le acompañaron otras nueve personas de su entorno.

El jefe del Gobierno italiano y el Pontífice se habían saludado ya con ocasión de la reciente visita de Juan Pablo II al Quirinal, días después del acceso al Palazzo Chigi del líder de los ex comunistas italianos. En aquella ocasión, D'Alema dirigió pocas palabras al Pontífice, limitándose a agradecerle lo "que ha hecho y hace por Italia".

Lo más novedoso de la visita oficial al Papa del primer jefe de Gobierno italiano procedente de las filas del Partido Comunista Italiano ha sido el despliegue mediático que ha provocado. Los diarios nacionales han tratado en amplios artículos el simbolismo de esta reunión, que califican de "histórica", al medio siglo de que la iglesia excomulgara a los marxistas. La televisión pública retransmitió en directo la llegada de los D'Alema al Vaticano. El primer ministro, en declaraciones a este periódico (véase EL PAÍS del 14 de diciembre) manifestó su admiración por Karol Wojtyla y consideró acertadas su críticas al comunismo.

La entrevista viene a dar la luz verde a la comisión bipartita entre el Gobierno de Roma y la Santa Sede para analizar el alcance de algunos artículos del Concordato. Según el Vaticano, el acuerdo fue violado por la policía italiana cuando irrumpió en el obispado de Nápoles en agosto pasado, por unas acusaciones de usura contra el cardenal Michele Giordano.

Después de la entrevista con el Papa, D'Alema trató con Angelo Sodano temas bilaterales como el conflicto educativo entre el Estado y la Iglesia católica o las previsiones para el jubileo del año 2000, que llevará a Italia a unos cuarenta millones de peregrinos. Fuera quedó el tema del aborto, que enfrenta al Papa con Italia, donde está permitido.

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