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El Defensor del Menor pide que se prohíba la entrada de niños a los toros

Las plazas de toros no son un espacio adecuado para el esparcimiento de los más pequeños. En consecuencia, la Administración debería ser la primera en velar por la integridad de la infancia y prohibir la entrada a recintos taurinos a todos aquellos espectadores menores de 14 años. Ésta es la teoría que formuló ayer el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, quien reclamó de los gobernantes madrileños una normativa similar a la que la Generalitat de Cataluña aprobó el pasado mes de diciembre. Este debate ya surgió en la Asamblea de Madrid en 1995. Entonces, PP y PSOE apoyaron el acceso a los toros de los menores de 14 años.Urra formalizará su propuesta a lo largo de las próximas semanas para su posterior debate en la Asamblea. También hace extensivos sus planteamientos a los combates de boxeo, aunque en este aspecto se muestra mucho más taxativo. "El boxeo supone un paso atrás en el ser humano. La lucha entre dos personas no puede ser un divertimiento: hay que evolucionar. Sencillamente, el boxeo no debería existir", argumentó. En el caso de la lidia, la propuesta de Urra promete ser mucho más controvertida. Y él mismo -navarro de nacimiento y corredor ocasional de encierros- es consciente de que se avecinan tiempos de polémica. "En la fiesta de los toros concurren elementos culturales, históricos y tradicionales innegables", admitió este comisionado de la Asamblea. "Sin embargo", matizó, "una corrida es un acto violento entre un animal y un ser humano, un acto violento en el que se humilla con puyas y banderillas y el toro sufre. No digo que haya que aborrecer la lidia: digo que hay una edad en la que no debe verse, porque es un espectáculo lesivo para la infancia".

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Para Urra, los cosos taurinos madrileños deberían establecer controles para que los más pequeños no puedan asistir en directo al sufrimiento y muerte del animal. Porque una escena de estas características, asegura Urra, puede dejar una huella indeleble en la retina de los chiquillos. "Por nuestra oficina ha desfilado mucha gente que contaba cómo quedó impresionada por asistir a una corrida de toros a corta edad. Hay que ser coherente y evitarlo", señaló.

PASA A LA PÁGINA 3

PSOE e IU apoyan la propuesta de prohibir el acceso de menores de 14 años a los toros

VIENE DE LA PÁGINA 1 La propuesta del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid se recibió ayer con cautela en el Ejecutivo regional y con cierta simpatía entre los grupos de la oposición en el Parlamento autonómico (PSOE e IU). Todos se comprometieron, en cualquier caso, a analizar la propuesta de Javier Urra con más detalle a lo largo de los próximos días.

El más tibio de todos los consultados resultó ser el viceconsejero de Cultura de la Comunidad, Juan Carlos Doadrio, que abogó por "hacer compatible la opinión de los expertos en el tema con el respeto por un espectáculo al que, no en vano, se le tiene por fiesta nacional". ¿Y cómo se conseguiría tal equilibrio? "La opinión de los psicólogos me merece mucho respeto, y que Urra [psicólogo y pedagogo] diga esto me lleva a reflexionar sobre si los festejos taurinos pueden resultar contraproducentes para los niños", admitió el viceconsejero de Cultura. Acto seguido, sin embargo, matizó: "También puede pensarse que el que no quiera llevar a sus hijos a una plaza sencillamente no los llevará". Tradición en los pueblos

Eulalia García, parlamentaria regional socialista y experta en asuntos infantiles, alabó el "planteamiento teórico" de Javier Urra, pero apuntó que una medida de estas características "puede encontrarse con problemas de difícil solución en el medio rural, donde ver a la familia al completo en los toros durante las fiestas patronales forma parte de las costumbres de toda la vida". Es decir, desde el partido socialista se defiende la iniciativa del Defensor del Menor, pero existe la sensación de que hay que "preparar el terreno" antes de promulgar ninguna ley. "La labor de concienciación ha de venir por parte de los alcaldes, las peñas taurinas y las asociaciones de padres", insistió García. Esta diputada reconoció que la fiesta de los toros, "vista en frío", implica "una agresión tremenda hacia los animales, por mucho que en España nos hayamos acostumbrado a ello". Pese a todo, la precipitación no puede ser buena consejera en un asunto tan delicado como éste. "Elaborar una ley que luego no fuéramos capaces de aplicar con rigor sería de estúpidos", alertó esta parlamentaria.

Desde el otro grupo de la oposición, la diputada de IU Virginia Díaz, portavoz de su coalición en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales (en la que se abordan los asuntos relativos a la infancia), aplaudió abiertamente la iniciativa de Javier Urra e hizo notar que llega en muy buen momento. "En esta época en la que asistimos a un incremento en la violencia sobre mujeres y niños, todo lo que suponga educar en la línea contraria será siempre muy bien recibido", advirtió la diputada de IU.

Díaz asume que este asunto generará "polémica" en la sociedad madrileña, pero defiende que la Administración "no puede inhibirse ante los problemas". "Ya sé que en todo lo relativo a los toros se escuchan opiniones muy viscerales", admitió, "así que nuestra postura pretende ser una llamada a la racionalidad. Nosotros no estamos hablando de prohibir el espectáculo, sino de prevenir. La parte artística del toreo sólo se puede apreciar a partir de cierta edad. Para un crío, en cambio, la lidia sólo forma parte de lo que podríamos denominar cultura de la sangre".

Espectáculos 'porno'

El promotor de esta idea hizo hincapié en que no pretende ser tomado por antitaurino, sino sólo por defensor activo de los derechos de los pequeños. "Puede que a esos niños a los que se les prohibiera la entrada a la plaza les gusten los toros de mayores. Me parecerá muy bien. También existen espectáculos pornográficos a los que cualquier adulto puede asistir libremente, y no por ello son adecuados para el desarrollo de un menor de edad", argumentó Urra. E insistió: "No se trata de que metamos a nuestros hijos en campanas de cristal. Sólo es una cuestión de coherencia y de ética por parte de la Administración. Igual que prohibimos el tabaco y el alcohol hasta ciertas edades, debemos convenir en que los toros aportan imágenes duras que no son adecuadas para que las presencien los niños".

El Defensor del Menor de la Comunidad asume que en su teoría aún hay flecos pendientes de resolver. Por ejemplo, si convenimos en que los toros son nocivos para los chiquillos, las retransmisiones televisivas no deberían ofrecerse en directo, sino en diferido, lo que el propio Urra asume como una cuestión "complicada".

"En cualquier caso, que los niños acudan a los toros con sus padres no resuelve el problema. De la misma forma, si alguien me pregunta si me parece correcto que un padre se vaya a cazar con su hijo, yo le contestaré igualmente que no", concluyó.

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