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MÉXICO

Apoteósica faena de Alfredo Lomelí

La apoteósica faena de Alfredo Lomelí a Artífice, la tersura en el toreo de Manolo Mejía y la desenvoltura de Federico Pizarro atenuaron la mala calidad del encierro de San Marcos. Con animales camelos, sin fuerza ni casta y que además aparentaban no tener la edad reglamentaria, se le sigue tomando el pelo a la afición.Con el quinto de la tarde Lomelí repitió el triunfo del domingo antepasado. Al ejemplar, que salió pegando arreones y terminó con fijos y largos recorridos, le cuajó una faena pletórica de dominio y sentimiento. Su artística labor la inició con garbosos doblones en los que pudo a las violentas embestidas. Al sujetarlo, bajó las manos y barrió la arena con su muleta obligando al oponente a seguir el engaño. De allí en delante vendría una secuela de auténtico toreo. Con refinamiento y pureza trazó innumerables series de naturales y redondos en los que corrió la mano con increíble lentitud. Coronó su faena con un espectacular volapié hasta los gavilanes y dio dos vueltas al ruedo, una con la injustificada presencia del ganadero Juan Pablo García Vivanco.

Marcos / Mejía, Lomelí, Pizarro

Cinco toros de San Marcos, sin trapío, chicos, sospechosos y escasos de fuerza; picosos y descompuestos; el 2º manso violento y el 4º y 6º se dejaron. 1º, de Rancho Seco, presentable, débil y noble. Manolo Mejía: dos pinchazos y estocada trasera (silencio); estocada (oreja). Alfredo Lomelí: pinchazo y estocada caída (división); estocada (dos orejas); salió a hombros. Federico Pizarro: estocada trasera (ovación y salida al tercio); estocada baja (oreja). Monumental Plaza México, 3 de enero. Novena corrida de la temporada grande 98-99. Un tercio de entrada.

Con el agresivo que salió en segundo lugar, al que le faltó castigo, el tapatío poco pudo hacer pues el burel rebrincaba, tiraba hachazos y se revolvía velozmente.

Manolo Mejía recibió de hinojos con dos limpias largas cambiadas al claro Enlace, un veleto astifino que hizo cuarto, y destacó en el primer y cuarto par de rehiletes. Pese a lo aplomado del cornúpeta, que acudía paso a paso, a base de técnica y aguante volvió a lucir su toreo de tersura. En los inicios de su faena hubo variedad y vistosidad. Dando la cara a las tablas, por la espalda se pasó al adversario burlándolo con péndulo, vitolina y capetillina enhebradas. Batalleó con el tardo bovino, que dobló cinco veces la mano, pero dibujó acopladamente tres tandas de naturales y en las últimas suertes le echó la muleta al hocico y le sacó los recorridos con tirabuzón.

A Año Nuevo, astado de Rancho Seco que abrió plaza, lo trasteó con delicadeza y a media altura por la escasa energía del morlaco, que varias veces dobló las manos.

Federico Pizarro se recuperó del desacierto del brindis equivocado al jefe de Gobierno D.F., Cuauhtemoc Cárdenas, en la corrida inaugural, y estuvo empeñoso con el distraído tercero que se escupía y punteaba constantemente. Hizo un quehacer muleteril con gusto y al final se fajó en una serie de naturales. Con el que cerró plaza, el mejor del encierro aunque también dobló las manos, se adornó con faroles invertidos. Empezó su faena de rodillas con pases por alto aunque su labor tuvo más voluntad y oficio que arte.

El probable cartel del domingo entrante será: Eulalio López El Zotoluco, Enrique Ponce y Rafael Ortega, con ganado de Fernando de la Mora.

Como dato anecdótico, una espectadora estuvo a punto de dar a luz en el segundo tendido de sol. ¡Lo que es la afición!

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