El vendaval que desarboló la capital de Huelva en Nochevieja provocó más de 75 millones en daños
La capital onubense vivió el pasado 31 de diciembre, en la tarde de la Nochevieja, el mayor vendaval de las últimas décadas, que dejó un rastro desolador a su paso, con daños por valor de 75 millones de pesetas en el mobiliario urbano y, lo que es peor, provocó heridas muy graves a la joven María del Rocío Quintero, sobre la que se desplomó de repente toda la carpintería metálica de un edificio ubicado en la calle Rascón, en pleno centro de Huelva. Éste es el balance de los desastres provocados por el viento que facilitó ayer el alcalde, Pedro Rodríguez, del PP.
Los bomberos, en pocas horas, batieron el récord de salidas en Huelva en los últimos 25 años: en 220 ocasiones tuvieron que intervenir en la calle para arreglar los numerosos desperfectos. El viento alcanzó los 120 kilómetros por hora y dejó a Huelva sumida en la confusión. Dos grúas de la construcción, cada una en una barriada diferente, se desplomaron violentamente sobre unos edificios. El vendaval también arrancó 300 árboles; infinidad de vallas publicitarias volaron por los aires; los semáforos cambiaron su posición y en algunos casos no se sabía qué calle regulaban, por lo que se creó un importante caos circulatorio; sobre la vía pública cayeron tejas, macetas y persianas; y 30 automóviles, estacionados en la calle, sufrieron desperfectos. Bien dentro de lo malo Pedro Rodríguez, ayer, prefirió observar el lado positivo del desastre: "La ciudad sufrió un huracán, pero todavía tuvimos suerte si nos comparamos con los hechos luctuosos sucedidos en Sevilla, donde fallecieron cinco personas a causa de un accidente provocado por el temporal. Aquí, la peor parte se la han llevado los objetos, no los vecinos", dijo. El alcalde visitó ayer por la tarde a María del Rocío Quintero, que está ingresada en la unidad de cuidados intensivos de un hospital sevillano. Pedro Rodríguez, acompañado del concejal de Seguridad Ciudadana, José Luis Gallardo, y de Saúl Fernández Beviá, responsable de Infraestructuras, recorrió durante toda la tarde de fin de año los lugares afectados por los vientos. En las tareas de auxilio intervinieron unos 100 técnicos. El alcalde onubense respondió ayer con contundencia al candidato del partido socialista a las próximas municipales, José Juan Díaz Trillo, que lo acusó el domingo pasado de esconderse en los momentos difíciles para la ciudad: "Yo me pateé las calles en esas horas tremendas. Él dice que no me vio, pero fui acompañado, un rato, por su propio hermano, Manuel Díaz Trillo, y hay testigos", señaló, a fin de zanjar la polémica. Pedro Rodríguez reconoció que Huelva es una ciudad frágil ante la violencia de la naturaleza, como se ha podido constatar después de los desastres de la última Nochevieja y de las inundaciones registradas en los últimos tres años: "Esta temporada ha habido una sequía prolongada, pero cuando caen tres gotas pasan muchas cosas desagradables aquí. Pero es que han sido incidentes muy graves. El invierno pasado hubo una tormenta que batió todos los récords de agua por metro cuadrado de este siglo", indicó. El alcalde, por último, pidió a los responsables de la Junta de Andalucía que mejore la seguridad de las balsas de fosfoyesos -los desechos industriales acumulados en la periferia de la ciudad-, después de que la rotura de uno de esos recintos provocara el vertido de 50.000 metros cúbicos de agua ácida a la ría de Huelva, también debido a los vientos de Nochevieja: "Los que tienen competencias en Medio Ambiente deben controlar eso, para que no se vuelva a repetir un incidente así. Hay que dejar minimizado o solucionado ese problema. Así de claro", concluyó.
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