Una decisión del tribunal islámico deja a Chechenia al borde de la guerra

Chechenia, la república independentista norcaucásica, está al borde de la guerra civil y de correr la misma suerte que ha sufrido Afganistán después de derrotar a las tropas soviéticas. Tras su victoria en 1996, los chechenos han sido incapaces de construir un Estado normal y las divisiones entre los influyentes comandantes de las distintas facciones vencedoras han hecho imposible establecer un mínimo de orden en la república. Esta situación se ha agravado después de que la semana pasada el Tribunal Supremo de la Sharia (la ley islámica) decidiera disolver el Parlamento. Pero ayer los diputados se reunieron en sesión extraordinaria y se negaron a reconocer la resolución de los jueces, que tomaron su decisión presionados por un grupo de generales que se oponen al presidente Aslán Masjádov.Los jueces supremos tratan de establecer de hecho un nuevo orden en Chechenia al dictaminar que el Parlamento vulnera las normas del islam y debe ser reemplazado en el plazo de tres meses por la Shura, una especie de Consejo de Estado que estará formado por las personalidades más influyentes de la república. El Supremo checheno también encontró culpable a Masjádov de haber nombrado a puestos dirigentes a colaboradores "con el régimen de ocupación", es decir, el Gobierno apoyado por Moscú que había antes del triunfo de los independentistas.

Los jueces destituyeron a los "colaboracionistas", entre los que destaca el fiscal general, así como también a la esposa de Masjádov como presidenta de la sociedad de beneficencia Marshó, ya que el islam no permite que las mujeres ocupen puestos dirigentes. Pero no destituyeron al presidente Masjádov, como pedía un grupo de generales, y se limitaron a hacerle una "grave advertencia".

El principal de los generales que pide la cabeza de Masjádov es Shamil Basáyev, el guerrillero que se hizo famoso el verano de 1995 después de entrar a sangre y fuego en la ciudad rusa de Budiónnovsk, donde se atrincheró en el hospital local con miles de rehenes. Al intervenir ante el Supremo, Basáyev dijo que Masjádov "tiene sólo dos opciones": o dimite voluntariamente o será destituido.