Dos dirigentes de los jemeres rojos se rinden al Gobierno camboyano
Samphan y Chea son considerados responsables de genocidio
Los más relevantes dirigentes del maoísta Jemer Rojo tras la muerte de Pol Pot, el ex jefe del Estado Khieu Samphan y el ideólogo Nuon Chea, se rindieron ayer incondicionalmente al Gobierno de Camboya, según anunciaron fuentes militares. El vicecomandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Camboya, Meas Sophea, señaló que los dos jemeres rojos enviaron, la víspera, sendas cartas al primer ministro, Hun Sen, en las que presentaban "la rendición incondicional" y se comprometían a reconocer la Constitución y el Gobierno.El militar dijo que Hun Sen aceptó las rendiciones y que los dos renegados se encuentran en la ciudad de Pailin, unos 300 kilómetros al oeste de Phnom Penh.Esta región, rica en rubíes y zafiros, es gobernada por Ieng Sary, ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Jemer Rojo (abril 1975-enero 1979) y primer dirigente que rompió la mítica unidad de la organización al renegar en agosto de 1996. Fue amnistiado un mes después.
Desde entonces, el Jemer Rojo se ha ido desintegrando. Pol Pot, el hermano número uno desde principios de los años sesenta, murió el pasado abril y en la organización, tras estas últimas deserciones, sólo quedan el general Ta Mok y unos pocos combatientes.
Al igual que dijo en su día Ieng Sary, Nuon Chea y Khieu Samphan manifestaron a Hun Sen que deseaban volver a ser unos "ciudadanos normales", según una reproducción de sus peticiones difundida por la televisión estatal camboyana. Ambos ex dirigentes son considerados responsables de la muerte o desaparición de cerca de dos millones de personas durante el tiempo en que gobernó el Jemer Rojo.
Khieu Samphan ocupó la jefatura del Estado durante el Gobierno del Jemer Rojo, y el ideólogo Nuon Chea se encargó, según los historiadores, de marcar el camino del socialismo rural (al estilo maoísta chino) que llevó a las deportaciones masivas al campo, en condiciones infrahumanas, y a las purgas.
Las deserciones de los dos ex dirigentes tienen lugar cuando un equipo de la ONU ultima un informe sobre la participación de los dirigentes vivos del Jemer Rojo en el genocidio, a fin de conseguir evidencias que permitan juzgarlos en un tribunal internacional por crímenes contra la humanidad.
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