Las federaciones catalanas creen inviable imitar el ejemplo del fútbol
Las federaciones deportivas catalanas se felicitaron por el impacto que había causado el partido de fútbol entre la selección catalana y la de Nigeria, disputado el pasado martes en Montjuïc. Sin embargo, una parte de ellas reconoció abiertamente la imposibilidad de organizar acontecimientos capaces de generar la misma ilusión social. Por otra parte, denunciaron una evidente falta de medios económicos para poder potenciar el desarrollo de las selecciones catalanas, y algunas de ellas dieron por sentado que el interés del Gobierno de la Generalitat por este asunto decaerá tras las elecciones.
"Llauradó [presidente de la Plataforma pro selecciones catalanas] y otros dirigentes empujan para que organicemos acontecimientos internacionales, pero ¿de dónde sacamos el dinero? Eso tiene un coste y el dinero no llega", comentó Pere Torres, presidente de la Federación Catalana de Patinaje.La queja de Torres no cayó en el vacío. Momentos más tarde otras voces se levantaron también en el mismo sentido. "Es evidente que el problema económico existe", reconoció Enric Bertran, presidente de la Federación Catalana de Natación. "Sin embargo, hay otros problemas. Algunos jugadores catalanes de waterpolo que juegan en la selección española, tal vez preferirían seguir jugando allí que en la catalana, porque compiten al más alto nivel y consiguen títulos", agregó Bertran. Incluso una federación prestigiosa como la de baloncesto admitió las dificultades encontradas al intentar organizar un partido internacional amistoso. "Unas veces por la imposibilidad de tener televisión y otras por no haber encontrado rival, no pudimos hacerlo", indicó Enric Piquet, su presidente.
Hubo una gran coincidencia entre los presidentes federativos en que el fútbol, por su implantación social, deberá ser el caballo que tire del carro. "Por mucho que nos esforcemos, nunca conseguiremos una repercusión semejante", reconoció Josep Ferrer Peris, presidente de la Federación Catalana de Tenis. "Nosotros podríamos organizar una eliminatoria amistosa de Copa Davis y contar con los mejores tenistas catalanes (Corretja, Mantilla, Albert Costa, Julián Alonso, etcétera), pero el coste sería alto y la repercusión dudosa".
Un asunto politizado
No tendría el impacto de un partido de fútbol como el del martes, en que el equipo de Pichi Alonso goleó a Nigeria (5-0). "La selección catalana reunió a 53.000 personas en Montjuïc, algo que sólo los Juegos Olímpicos de Barcelona habían conseguido", comenta David Moner, presidente de la Unión de Federaciones Deportivas Catalanas (UFEC). "Fue una gran movida. Pero es indispensable que nos llegue dinero para realizar un amplio plan de tecnificación de nuestros deportistas. Andalucía tiene un proyecto de 100.000 millones de pesetas de inversión en 10 años para potenciar instalaciones y deportes. Nosotros queremos selecciones catalanas, pero compitiendo al nivel de las mejores".La politización del proyecto de las selecciones catalanas es cada vez más evidente. El pasado domingo, Xavier Moya se proclamó campeón del mundo de full contact (arte marcial que se disputa con los puños y las piernas) y cuando ganó no hubo ninguna autoridad del deporte catalán en el palco. Pere Sust, secretario general de Deportes de la Generalitat, acudió al acto, pero tuvo que marcharse antes del final.
"Yo estoy convencido de que el asunto de las selecciones decaerá cuando hayan concluido las elecciones autonómicas", explicó un presidente federativo. "Me parece evidente que esta cuestión se está utilizando políticamente, pero hay mucha gente que va de buena fe y que se sentirá engañada".
Moner , por su parte, reconoce que es difícil separar este asunto de la política. "Son los políticos quienes deben desbloquearlo", afirmó. "Pero mi impresión es que es una cuestión irreversible que hay que afrontar sin prisa pero sin pausa".
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