Vidas paralelas
Siempre me resistí a creer en esa gran amistad con el primer ministro británico que proclamaba a los cuatro vientos este presidente que nos ha caído en suerte a los españoles, porque, me parecía, había una diferencia ideológica abismal entre ambos. Tras la estrecha colaboración de las Fuerzas Armadas británicas con Estados Unidos para machacar al pueblo iraquí -nunca a Sadam, que ya sabrá ponerse a buen recaudo- hemos sabido que nuestro siempre admirado presidente del Gobierno autorizó hace un mes a Estados Unidos a utilizar nuestras bases para machacar a Irak. Visto lo visto, ahora sí creo en esa gran amistad entre los dos personajes mencionados. Son vidas paralelas.- .
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